lunes, 24 de diciembre de 2012

Tortellini


El plato que asociamos en mi casa con la Navidad, con el 25 de diciembre en concreto, son los tortellini. En caldo, o más bien "in brodo", como se le dice allá en Italia (y en cada casa que haya tenido a algún italiano viviendo). Esa era una preparación elaborada únicamente por mi madre, quien no solicitaba (ni aceptaba) ayuda alguna. Nos limitábamos a comerlos, en largas comilonas que nos veían abandonar la mesa unas 4 o 5 horas después de habernos sentado a ella. Plato muy apropiado para mitigar los efectos de la bebida ingerida el día anterior, por cierto.

En octubre de 2.009 ella se nos fue, y el diciembre de ese año decidimos que debíamos mantener viva la tradición, tal vez la única italiana que nos queda en temas navideños. Y nos abocamos, la familia de mi hermana y la mía, a hacerlos. Sin experiencia previa, solamente con las cosas fragmentarias que cada quien recordaba. Reconstruimos la receta como si fuera un rompecabezas, muchas veces infiriendo o adivinando lo que no sabíamos. Lo abordamos como un trabajo en equipo: cada miembro de la familia (incluidos los novios de nuestras hijas) toma parte en el proceso de fabricación de esos diminutos pasteles rellenos. A partir de entonces, no hemos faltado nunca a la cita decembrina, y poco a poco fuimos adquiriendo mayor destreza en la labor, quedando cada vez mejores.

Este año los hicimos el día 23, bastante tarde, ya que diciembre se complicó. Pero nunca es tarde cuando la dicha es buena, reza el refrán. Con alegría, reguero de harina por toda la cocina, bebidas espirituosas a granel, risas y la eventual lagrimita que se escurre a traición. Y para prolongar la fiesta preparamos a última hora y fuera de programa "lasagnette", o como también se les dice, fettuccine, para cenar.

Por aquí dejo mi versión simplificada de la receta:

Ingredientes
Relleno:
-Pechuga de pollo (1 kg +/-)
-Mortadella (1/2 Kg.)
-Salchichón (1/2 Kg.)
-2 huevos
-Queso parmesano rallado
-Nuez moscada
-Pimienta
-Sal

Pasta:
1 1/2 kg de harina
15 huevos

Preparación:
Se muelen los tres primeros ingredientes, se depositan en un bowl, se añaden los huevos, el queso parmesano y la nez moscada. Se amasa cuidadosamente, procurando que se obtenga una masa homogénea. Se corrige de sal y pimienta.

Se amasa la harina con los huevos, en tandas de 300 gramos de harina por vez, utilizando un huevo por cada 100 gramos de harina. Una vez obtenida una masa que se despegue de las manos, se deja reposar por unos 15 a 20 minutos, pasados los cuales se extiende con la ayuda de un rodillo procurando obtener una lámina de pocos milímetros de espesor, mientras más fina mejor. Se recortan redondeles con la ayuda de una copa o un vaso, no muy ancho. Se deposita una cucharadita del relleno en el centro de cada círculo, y se cierra primero como una media luna y después se juntan los dos extremos. Se ponen los tortellini en una bandeja enharinada, para que se sequen. Una vez terminados, se pueden colocar en bolsitas plásticas para guardar en el congelador.

Para comerlos se debe disponer de un buen caldo de pollo; se pone a hervir, y se cuecen los tortellini en él; cuando salgan a flote ya están listos. Se sirven de 10 a 15 por comensal, y se acompañan con abundante parmesano. Y un buen vino, por supuesto.

Con las cantidades indicadas, obtuvimos 509 tortellini.

Nota: también se puede utilizar la máquina para estirar la pasta. Yo prefiero el método artesanal, no obstante: la textura queda menos lisa, y a mi entender más agradable.

Una pequeña galería fotográfica: