Éste es mi cuarto de juegos. Siéntanse libres de tomar lo que gusten; si quieren dejar algo, también sirve.
martes, 30 de julio de 2019
Autores (casi) desconocidos
En la literatura de todo el mundo, y la venezolana no escapa de ello, la mayoría de los escritores no logra salir del anonimato, a pesar de que algunos de ellos tengan méritos suficientes. Mal momento, mal mercadeo, o mala suerte pueden ser los factores que distancien a un autor consagrado de uno que no logra alcanzar al gran público. De aquí rescato dos casos. Uno es el de Vicente Ibarra, del cual conozco dos obras, que fueron escritas a mucha distancia una de la otra. Se trata de Camioneros, que data -creo- de los años 50, y El clavo, que tal vez haya sido publicada en los 80. Ambas novelas me gustaron, tal vez porque recorren una geografía muy querida por mí. Sin ser alta literatura, son libros muy agradables de leer, y todavía los tengo en la memoria. Camioneros lo leí en los pasillos alfombrados de la biblioteca vieja de la USB, en unas cuantas sentadas, tal vez esperando la próxima clase, y me gustó su narración casi cinematográfica, con persecuciones en la carretera vieja de Los Teques. El clavo, en cambio, cayó en mis manos en los 90, y me gustó su impostación histórica, en un arco de tiempo que va desde el terremoto de 1900 al de 1967, y hace un recuento de los hechos ocurridos en ese tiempo desde el punto de vista del ciudadano común. El otro es Gonzalo Ramírez Cubillán, del cual conozco solamente El libro de los descubrimientos, que es una novela que se mueve a través del tiempo, en un bamboleo que va desde La Candelaria de los años 50 a la época de la conquista y de vuelta al tiempo actual; un pastiche bien ensamblado con un grado importante de erudición. No conozco a casi nadie que haya leído esos libros que menciono, y es una lástima. Seguramente cada quien tendrá experiencias parecidas con otros autores cuyos libros hayan pasado por sus manos, y el resto de los lectores ignoren su existencia.
lunes, 29 de julio de 2019
Una dolarización sui generis
La condición de peatón, obligada por la ausencia de repuestos que tiene al carrito familiar parado cual pisapapel en la acera, me ha forzado a realizar una suerte de comercio de cabotaje por los negocios de la zona. No me quejo en demasía, pues por lo menos algo de ejercicio tengo que hacer a juro. Cada una de estas travesías supone una caminata de alrededor de una hora por la escarpada geografía de mi zona, lo que ha endurecido mis batatas. Lo divertido es que, con mi bolsa de compras terciada al hombro, me siento como esos exploradores que salían a buscar provisiones por los alrededores de su campamento.
Hoy fui a dos sitios: al automercado Luvebras, de Horizonte, y a la licorería Calobos, casi al lado. En el automercado habilitaron una caja para pagar en divisas -el cambio lo calculaban hoy a 11.800 Bs-, y no es solo eso lo peculiar, sino que en ella había cola. Unos cuatro carritos aguardaban su turno, y el trámite era algo engorroso, pues no dan vuelto, y las compras deben ser calculadas al céntimo; al límite, aceptan pagos mixtos para completar el importe. En la licorería son más flexibles, y sí dan vuelto en bolívares. Por lo menos ese fue el trato que le dieron al cliente que estaba delante de mí, que pagó con un billete de 10 $ una caja de cigarros. Le dieron ocho billeticos de 1 $ y un fajo considerable de billeticos en nuestros devaluados, casi ficcionales, bolívares.
¿Cuánto tiempo puede continuar así nuestra economía? ¿De dónde salen tantos dólares? No tengo ninguna respuesta para ambas interrogantes. Vivimos en una dolarización de hecho, en un país en el cual el sueldo mínimo ya debe andar por debajo de los cinco dólares, y se cancela, en la gran mayoría de los casos, en la triste moneda nacional que se devalúa día a día.
sábado, 27 de julio de 2019
Panteón universitario
No recuerdo cuando había sido la última vez que estuve en la Universidad Central, antes de ayer. Salvo un par de visitas al Jardín Botánico, creo que en lo que va de siglo no había entrado en ella. Fuimos para atestiguar la defensa del trabajo de grado en arquitectura paisajista de nuestra sobrina Silvia. Ella nos pasó buscando, y en unos 30 o 35 minutos (para nuestra sorpresa había algo de tráfico en los alrededores de Plaza Venezuela; es extraño meterse en una cola en esta Caracas que se nos vacía) estábamos entrando por el acceso principal.
Fue como regresar a una casa que nos había sido familiar durante mucho tiempo, en una época remota, y ver como el deterioro se la fue comiendo. La majestuosidad de las edificaciones sigue allí, y es imposible no reconocerlo, pero es doloroso observar su decadencia. Todo luce, y no sé si doy con el adjetivo adecuado, como desgastado. Como si no se le hubiera hecho un cariño desde hace mucho, mucho tiempo; quién sabe si desde su inauguración. Claro que todo lo vimos desde un carro en movimiento, por lo que no pudimos fijarnos demasiado en los detalles, pero la sensación de conjunto es la que describí.
Tras circunvalar la vialidad, que nos paseó por lugares emblemáticos, como el reloj, las instalaciones de Medicina Tropical, el Hospital Clínico, llegamos a nuestro destino, que era el edificio de la FAU. Nunca había estado dentro de él, pues en mi breve pasantía por la UCV me limité a frecuentar la facultad de Ciencias, en donde cursé algunas materias de la licenciatura en Computación, y sus alrededores. El edificio, que no dudo de calificar de joya arquitectónica –y no puede ser de otra manera, pues Villanueva no iba a permitir que “su” facultad no fuese la estrella de la ciudad universitaria- presenta los mismos síntomas de abandono que se notan en el resto del complejo estudiantil. Nada más la puerta por la que entramos, de cristal acrisolado, estaba estallada, como si le hubiesen pegado una pedrada certera hace décadas, sin que nadie se preocupara en repararla. El jardincito lateral que nos quedó a la derecha, ya dentro del edificio, necesita la mano de un jardinero capaz, que le restaure la vegetación.
Acompañamos a nuestra sobrina al primer piso, en donde estaba pautada su presentación, y luego, teniendo una hora a disposición, hicimos algo de turismo por el sitio. Y fue, voy a decir algo que puede sonar irrespetuoso o irreverente, pero no es para nada mi intención, turismo necrológico. Esa fue la impresión que obtuve. Me sentí como paseando por un panteón en donde están sepultadas grandes personalidades, y se le rinde culto a su memoria. Los nombres de Villanueva, Galia, Le Corbusier, Calder, Ossot, es decir, los grandes nombres de la arquitectura nacional e internacional, están tallados en piedra, impresos en rótulos y fundidos en letras de bronce, en los espacios de la planta baja de la edificación. Su obra está allí, impasible ante el paso del tiempo, atestiguando como la desidia y la falta de mantenimiento, aunadas a las estrecheces presupuestarias, van restándole brillo, pero nunca grandeza.
sábado, 20 de julio de 2019
La perla cautiva
Recientemente, en una reunión, salió a relucir el tema de los yesqueros. Como de costumbre, se inició por algo casual: alguien necesitaba encender un cigarro, vio un encendedor encima de la mesa, y a partir de allí la conversación anduvo un rato por esos derroteros, mencionando marcas y modelos míticos: Dunlop, Colibrí, Zippo, hasta coincidir casi todos en que el súmum de la perfección lo encarnan los yesqueros desechables. Nunca fallan, duran una barbaridad, son económicos, y no requieren mantenimiento, cosa imprescindible en los demás tipos, que precisan de ser rellenados cada cierto tiempo del combustible que utilizan, o que se le reemplaze la yesca que le da su nombre característico.
Yo vengo de una familia de fuertes fumadores, y por lo tanto los yesqueros eran artefactos que estaban al alcance de la mano, por todos los rincones de la casa. De todos los tamaños, de diferentes mecanismos. Recuerdo el portátil de mi padre, un Colibrí dorado, que encendía la mezcla gracias a una chispa eléctrica. Pero el que mayores memorias me evoca fue uno, publicitario, obsequio de una joyería que seguramente era cliente de la fábrica de mi papá. Era una especie de paralelepípedo acrílico, macizo, de base y tope rojos y cuerpo transparente, que albergaba en su interior una ostra abierta, que tenía sobre la valva inferior una perla. Era un objeto fascinante: podía admirarlo por largo rato, tratando de imaginar lo que sería estar atrapado dentro de una cárcel así, con una vaga sensación de claustrofobia, e imaginando una manera de sacar indemne esa perla de su plástica reclusión. Claro que nunca lo logré; es más, nunca atenté contra la integridad del yesquero.
No sé a donde fue a parar; como todo, dejó de formar parte del entorno, un buen día, sin que nadie lo echara de menos. Un traste más, un adorno viejo y gastado, que ya había cumplido su misión, y fue a parar al basurero. Quien sabe si alguien logró liberar a esa perla, o si sigue en su transparente ataud.
viernes, 19 de julio de 2019
La memoria afectiva y el gusto
El 12 de julio escribí un post en twitter, una especie de
juego. Un plato al que se le tuviera especial cariño, asociado a la persona que
lo cocinaba. No puse ninguna regla adicional, ninguna limitación. Al día
siguiente, me encontré con la sorpresa de que el tuit había sido bien recibido,
y tuvo un nivel de interacción interesante.
En vista de la cantidad de respuestas, me pareció que sería
interesante analizar la data recabada, y para ello recurrí a mis modestos
conocimientos de Excel. Creé una hoja de cálculo, con las siguientes
columnas: Usuario, plato, categoría,
subcategoría, origen, y cocinado por. Debo aclarar que tanto la categorización
como el origen fueron, en algunos casos, arbitrarios, tomados del contexto o extrapolados
por mí. Procedí a vaciar la información en la hoja de cálculo, y cuando estuvo
totalmente transcrita comencé a analizarla utilizando la función de tablas
dinámicas.
De las 110 respuestas directas, 95 tuiteros diferentes
contestaron a la pregunta, con uno o más platos, para un gran total de 186
platos mencionados. Como un mismo plato pudo ser mencionado por más de una
persona, la cantidad de platos diferentes fue de 135.
Obtuve algunos resultados que me parecieron llamativos.
En primer lugar, con respecto a la persona asociada al
plato. Con una mayoría importante, la persona más mencionada fue la abuela,
seguida por la madre.
Rótulos de fila
|
Cuenta de usuario
|
abuela
|
77
|
amigo
|
3
|
cocinera doméstica
|
5
|
esposo
|
1
|
madre
|
64
|
otro pariente
|
23
|
padre
|
11
|
restaurant
|
1
|
suegra
|
1
|
(en blanco)
|
|
Total general
|
186
|
De los 186 platos recogidos, 77 se recuerdan como cocinados
por la abuela, es decir, un 41%. Por la
madre, 64, correspondientes al 34 %. Me parece asombrosamente bajo el número
correspondiente a un conyuge; solamente una persona mencionó a su esposo como
cocinero de algún plato memorable. Esposa, nadie.
Con respecto al origen, o a la nacionalidad de las
preparaciones, el resultado no fue sorprendente. La gran mayoría de las
personas mencionó platos típicos de la gastronomía venezolana.
Rótulos de fila
|
Cuenta de plato
|
colombia
|
1
|
eeuu
|
4
|
españa
|
12
|
francia
|
5
|
hungría
|
1
|
india
|
1
|
internacional
|
30
|
italia
|
19
|
noruega
|
1
|
perú
|
1
|
venezuela
|
111
|
(en blanco)
|
|
Total general
|
186
|
Venezuela, como es lógico, domina la memoria gustativa, con
un 60%. Italia logró un honroso tercer lugar, detrás de los platos que marqué
como internacionales al no poder darles un origen inequívoco.
Sobre las categorías, englobé las respuestas obtenidas en
acompañante, entrada, plato principal y postre.
Rótulos de fila
|
Cuenta de plato
|
acompañante
|
26
|
entrada
|
34
|
plato principal
|
84
|
postre
|
42
|
(en blanco)
|
|
Total general
|
186
|
No debe extrañar el hecho de que los más recordados hayan
sido los platos fuertes, seguidos por los postres.
Descomponiendo un poco la clasificación anterior,
contemplando las subcategorías, obtuve la siguiente tabla:
Rótulos de fila
|
Cuenta de plato
|
acompañante
|
26
|
aderezo
|
1
|
aves
|
1
|
charcuteria
|
1
|
frituras
|
10
|
granos
|
4
|
harinas
|
1
|
pastel
|
1
|
picante
|
1
|
queso
|
1
|
vegetales
|
5
|
entrada
|
34
|
arroces
|
2
|
frituras
|
1
|
pastas
|
17
|
pastel
|
2
|
pescado
|
1
|
sopa
|
10
|
soufflé
|
1
|
plato principal
|
84
|
arroces
|
6
|
aves
|
14
|
carnes
|
20
|
cerdo
|
1
|
granos
|
1
|
mariscos
|
3
|
pastel
|
22
|
pescado
|
3
|
pizza
|
1
|
plato
mixto
|
3
|
potaje
|
1
|
sopa
|
7
|
vegetales
|
1
|
vísceras
|
1
|
postre
|
42
|
dulce
|
23
|
galletería
|
2
|
mousse
|
1
|
pastel
|
2
|
torta
|
13
|
turron
|
1
|
(en blanco)
|
|
(en
blanco)
|
|
Total general
|
186
|
Se nota que, con respecto a los platos salados, el rey
indiscutible es lo que englobé como pastel, vale decir polvorosas, polentas,
chalupas, hallacas, bollos pelones y otros platos que se caracterizan por su
armado, es decir, ser una estructura de masa con algún tipo de relleno. Las
carnes se llevan el segundo lugar, y las pastas el tercero. En cuanto a los postres,
el dulce, en sus diferentes variantes, fue el ganador absoluto.
¿Y cuál fue el plato ganador, el mencionado por más
personas? Pues, y esto no debería asombrar a nadie, la hallaca, con 8
menciones. Pero, y esto sí me parece una novedad, seguida a corta distancia por
el pasticho, con 7. En los postres, la triunfadora fue la isla flotante, que
fue nombrada por tres tuiteros. A continuación, la lista completa de platos,
que es un auténtico viaje gastronómico a través de la memoria colectiva:
Rótulos de fila
|
Cuenta de plato
|
acompañante
|
26
|
arepa
con leche, mantequilla y queso
|
1
|
arepas
andinas
|
1
|
arepitas
dulces
|
2
|
bollos
con chicharrón
|
1
|
buñuelos
de yuca
|
1
|
caraotas
|
1
|
cuajada
|
1
|
empanadas
de caraota
|
1
|
ensalada
de gallina
|
1
|
garbanzos
|
2
|
guaracaras
|
1
|
huevos
empanados
|
1
|
lentejas
|
1
|
mandocas
|
1
|
mojo
de yema
|
1
|
pata
de caballo curada
|
1
|
patatas
en salsa verde
|
1
|
picante
de aji
|
1
|
pimientos
fritos
|
1
|
plátano
guisado con queso
|
1
|
plátanos
fritos
|
1
|
remolachas
rellenas
|
1
|
torticas
de arroz
|
1
|
tostones
|
1
|
entrada
|
34
|
arepas
con huevo
|
1
|
arroz
con chorizo
|
1
|
chupe
de pollo
|
1
|
crema
de garbanzo y tocino
|
1
|
crema
de papa
|
1
|
empanadas
|
1
|
empanadas
caleñas
|
1
|
espaguetis
|
1
|
espaguetis
con carne y hongos
|
1
|
espaguetis
con jojoto
|
1
|
espaguetis
de emergencia
|
1
|
gnocchi
|
1
|
hervido
de gallina
|
1
|
macarronada
|
1
|
minestrone
|
1
|
mojito
en coco
|
1
|
pasta
bologna
|
1
|
pasta
con albóndigas
|
1
|
pasta
con salsa blanca
|
1
|
pasticho
|
7
|
pisca
andina
|
1
|
pudín
de atún
|
1
|
sopa
de pollo
|
3
|
sopa
de tostones
|
1
|
soufflé
de coliflor
|
1
|
tortellini
in brodo
|
1
|
plato principal
|
84
|
arenques
ahumados
|
1
|
arroz
con costillitas
|
1
|
arroz
con huevo
|
1
|
arroz
con pollo
|
3
|
arroz
negro
|
1
|
asado
negro
|
6
|
berenjenas
rellenas con carne molida
|
1
|
bollos
pelones
|
4
|
callos
|
1
|
carne
al vino
|
1
|
carne
con papas
|
1
|
carne
guisada con papas
|
1
|
carne
salada frita
|
1
|
chalupa
|
3
|
chayotas
rellenas
|
1
|
chigúire
mechado
|
1
|
costilla
de res guisada
|
1
|
cuajado
de morrocoy
|
1
|
frijolitos
con paticas de cochino
|
1
|
hallacas
|
8
|
hígado
encebollado
|
1
|
langosta
asada
|
1
|
lengua
en salsa
|
2
|
lomito
strogonoff
|
1
|
medallones
|
2
|
mondongo
|
4
|
pabellón
criollo
|
1
|
pabellón
margariteño
|
1
|
paella
|
1
|
pastel
de chucho
|
2
|
pastel
de pollo
|
1
|
pato
al curry
|
1
|
pato
asado a la cerveza
|
1
|
pato
guisado
|
1
|
pavo
relleno
|
1
|
pichón
frito
|
1
|
pizza
|
1
|
polenta
criolla
|
3
|
pollo
al horno
|
1
|
pollo
con mostaza al horno
|
1
|
pollo
guisado
|
1
|
polvorosa
de pollo
|
3
|
queso
de bola relleno
|
5
|
risotto
de mozzarella
|
1
|
roastbeef
|
1
|
sancocho
cruzado
|
2
|
sancocho
de pescado
|
1
|
sardinas
a la plancha
|
1
|
spatzle
con goulash
|
1
|
tarkarí
de chivo
|
1
|
postre
|
42
|
bienmesabe
|
1
|
catalinas
|
1
|
chipolata
|
1
|
dulce
de hicacos
|
1
|
dulce
de jobo
|
2
|
dulce
de leche
|
1
|
dulce
de leche cortada
|
1
|
dulce
de lechoza
|
1
|
dulce
de melocoton
|
1
|
duraznos
en almibar
|
1
|
isla
flotante
|
3
|
jalea
de mango
|
1
|
limonsón
|
1
|
majarete
|
1
|
marquesa
de chocolate
|
1
|
merengón
de fresas
|
1
|
merengón
de guayaba
|
1
|
merengue
|
1
|
mousse
de naranja
|
1
|
natilla
|
1
|
pastel
de plátano
|
1
|
pie
de limón
|
2
|
pie
de manzana
|
1
|
polvorosas
|
1
|
quesillo
|
1
|
quesillo
de parchita
|
1
|
toronja
en dulce
|
1
|
torta
|
1
|
torta
de camburito
|
1
|
torta
de chocolate
|
2
|
torta
de higo
|
1
|
torta
de pan
|
2
|
torta
de platano
|
2
|
torta
negra
|
1
|
turrones
de merey
|
1
|
(en blanco)
|
|
(en
blanco)
|
|
Total general
|
186
|
¿Conclusiones sobre este pequeño estudio? Varias. Es notoria
la preponderancia de la figura de la abuela en la memoria gustativa de las
personas que participaron. Eso habla de la importancia de ellas en la formación
de los hogares venezolanos. También cabe resaltar la influencia de la
inmigración que se desprende de este estudio. Un 40% de los platos registrados
corresponden a países diferentes a Venezuela. Otro punto a destacar es la
muestra tan heterogénea de expresiones gastronómicas recogidas. Desde la
simpleza de un arroz con huevo hasta la complejidad de un soufflé, o una isla
flotante. Lo que quiere decir, sin lugar a dudas, que lo importante en cada uno
de estos casos es el afecto detrás de la preparación. La evocación que nos
produce la comida es uno de los poderes de la memoria: poder recrear en la
mente el aroma y el sabor de una comida, junto con el recuerdo de la persona
que mejor nos la preparaba, nos permite transportarnos en el tiempo, a una
época tal vez más feliz.
Por último, quiero agradecer a los tuiteros que participaron
en este juego a través de la memoria gustativa, por sus respuestas entrañables,
evocadoras y muchas veces divertidas. Aquí dejo la nómina, junto con la
cantidad de platos que recordaron, para dejar constancia de su participación.
Rótulos de fila
|
Cuenta de plato
|
326chabela
|
1
|
56buickspecial
|
2
|
abache747
|
1
|
achicaelbote
|
2
|
acmp94187060
|
1
|
adricc20
|
1
|
alejandrasa
|
1
|
anachata13
|
1
|
argelspinell
|
2
|
bmazaf
|
2
|
brizuela_ccs
|
2
|
burialiana
|
2
|
camarafilms
|
2
|
cancerpulmonar
|
4
|
carlos_ardila
|
2
|
carmenc95138655
|
2
|
cbricenoi
|
3
|
cdferrer
|
1
|
chepo59
|
1
|
cherisima
|
2
|
claudianoguera
|
6
|
cotidiana
|
1
|
dacarrascal
|
2
|
dbfrancos1
|
1
|
el_mudnes
|
1
|
elijp25
|
1
|
ellianrubina
|
1
|
elreydelpleito
|
2
|
empanaditacazon
|
2
|
erlandzeta
|
1
|
errantpilgrim
|
1
|
erubyvillamarin
|
1
|
escafandrista
|
1
|
evelyndaguirre
|
1
|
ferminmarmol
|
2
|
gadijman
|
1
|
gderidefort
|
2
|
gene_luigi
|
2
|
helensonicdoc
|
1
|
hijoelijia
|
1
|
horoscopia
|
1
|
itagabhccuno
|
2
|
ivonne6800
|
1
|
jaserranex
|
1
|
jesusgonz78
|
1
|
jpenalver
|
4
|
kamilag65
|
4
|
karloxe
|
2
|
keilavall
|
6
|
kharema
|
1
|
laindomable72
|
1
|
leocede2
|
1
|
libertad2204
|
6
|
llara
|
1
|
loreleo
|
5
|
luisana
|
1
|
m_migdalia
|
1
|
m_vijik
|
1
|
malerieca
|
1
|
mantha_raya
|
1
|
marujatarre
|
1
|
marveoj
|
2
|
marymerchan
|
11
|
marypot31704368
|
1
|
matiariste
|
2
|
mavalle63
|
9
|
mi__1970
|
1
|
mircoferri
|
1
|
mramosch
|
1
|
nell_bencomo
|
2
|
nohrapaco
|
1
|
olaguerchacon
|
1
|
patmartinezc
|
2
|
patriciaangola1
|
3
|
pedropadr
|
2
|
pikivil
|
3
|
pirelacc
|
1
|
raniellysvm
|
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rard74
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rekbrera
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Rezasindo
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roxiel460
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1
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samyakd19
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sigma_deltaii
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silviamago
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soniamaria50
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valentinapantin
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Total general
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