Confieso que la poesía siempre me ha sido esquiva; no me siento capaz de digerirla a cabalidad, más allá de los poemas clásicos de Neruda, esos que uno se aprende de memoria para usarlos como gancho, en la adolescencia. Y mucho menos me siento en capacidad de escribirla. Ésta es, tal vez, la única pieza en forma de verso que haya escrito, y la publico como curiosidad arqueológica.
Si alguna vez el viento
te sopla al oído tu nombre
no te asustes, no te asombres:
es mi alma errante
que del cuerpo exiliada
te busca en su periplo.
Te alejaste un día,
y no detuve tu partida,
porque te intuí ajena...
pero dentro de mí la pena
de no tenerte conmigo
es perenne compañera.
Mi espíritu, desde entonces,
cada noche me abandona
y pasea por su cuenta.
¿Te ha encontrado?
Tal vez tu lo sepas;
De él no obtengo respuesta.
Si alguna vez el viento
Te sopla al oído tu nombre
No te asustes, no te asombres:
es mi alma errante
que en su larga travesía
arribó por fin al puerto ansiado.
Está muy hermoso. Deberías seguir intentando hacer poesía, sólo déjate llevar por la inspiración y sale sola así como te salio de bello este poema. Me gusta lo que escribes en tu blog.
ResponderEliminarFelicidades!
¡Muchas gracias por tus palabras, Mariana!
ResponderEliminarOk ;-)
ResponderEliminarya te tengo en el facebook, gracias por aceptar la invitacion. Estaré por aca a menudo.