sábado, 2 de abril de 2011

Anónimos servidores públicos

Uno los  puede ver a cualquier hora; al principio cumplían su labor en la madrugada, pero las circunstancias han obligado a que extiendan su horario, por lo que no es raro verlos actuar a pleno mediodía. Generalmente operan a solas, aunque no es una regla absoluta: a veces hacen u corrillo de 2 o 3. No les importa si alguien los ve o si ejecutan su acción sin testigos; para ellos lo urgente es saciar su necesidad de servicio. Lo común es que esta logia esté compuesta por los intrépidos centauros que transitan las avenidas y autopistas,  raudos y veloces en sus corceles mecánicos; sin embargo a veces se le unen caballeros que conducen costosos vehículos.

Su modus operandi es muy sencillo: ellos patrullan las principales avenidas constantemente, atentos y vigilantes a lo que sucede en el borde de las mismas. En lo que ven algún espacio que clama por un poco de humedad (no es frecuente que suceda, dado el esmero de las autoridades competentes en mantener el ornato ciudadano), no lo piensan dos veces: detienen su vehículo, se apean, y proceden a irrigar el sitio. Como dije antes, hacen caso omiso de la presencia de otros individuos, o individuas, que puedan presenciar su acto, tan desinteresado y útil para la ciudad.  Son los incontinentes motorizados, quienes no pueden esperar llegar a un lugar que tenga baños públicos, o por lo menos buscar algún sitio más privado para vaciar su vejiga.

Tal vez sea que la ciudad no ofrece suficientes instalaciones sanitarias para los transeúntes, pero caramba, que yo recuerde hace algún tiempo era impensable ver en plena autopista a un señor bajándose de su moto, o de su carro (que los hay también), abrir la bragueta, y proceder a orinar en plena vía pública, a la vista de los demás ciudadanos que les tocó en (mala) fortuna transitar justamente enfrente al incontinente. Para mí esta es una de las muestras más significativas de la pérdida de los valores en nuestra sociedad. ¿Que vendrá después? A lo mejor no se limitarán ya a las aguas menores, sino que también procederán a vaciar los intestinos en el borde de la autopista. Quien sabe.

3 comentarios:

  1. Abonadores oficiales sin oficio

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Algo que se me olvidó acotar: las autoridades de tránsito no hacen nada al respecto. Tal vez en el código correspondiente no hay ningún parágrafo que se corresponda con dicha actividad.

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