jueves, 31 de diciembre de 2015

Mi año en cine

En 2015 no pisé ni una vez una sala de cine. He perdido la costumbre, y ya no tengo paciencia para lidiar con las colas, las preventas, las degustaciones que se efectúan en la butaca de al lado, los chamos y no tan chamos hablando toda la película. Así que todo el cine que consumí fue en la casa, con los quemaítos que compro en un kiosco de Macaracuay, generalmente - a pesar de ser informático no he bajado la primera película en torrent, soy muy flojo para traerme el trabajo para la casa. Gracias a eso, tengo la evidencia de lo que vi a mi lado: una torrecita de "blu rays" que atestiguan mi año en cine. Voy a poner solamente dos clasificaciones: lo que me gustó y lo que no. Porque al final del día es meramente eso, una cuestión de gustos.

LO QUE ME GUSTÓ:

-El Gran Hotel Budapest. Para mí, la mejor de mi selección.
-Relatos Salvajes. El humor negro con el acelerador hasta el fondo.
-Django Unchained. La redención a través de la venganza. No quedó títere con cabeza.
-The martian. Tan reacio que soy a la ciencia ficción y tanto que disfruté esta película.
-Birdman. Tan solo por su montaje vale la pena verla. Michael Keaton, quien nunca me gustó, se redimió conmigo en esta película.
-Whiplash. La mejor banda sonora que escuché este año.
-Boyhood. Increíble la materialización de este proyecto a lo largo de doce años, y su consistencia.
-World war z: Primera de zombies que veo, y me mantuvo atento. Una metáfora de lo que puede pasar en poco tiempo.
-The imitation game. Todo informático debe verla, para conocer sus raíces.
.Nebraska. Ponerse viejos es un tema, pero todos vamos para allá, con suerte. Hay que entender a los viejos.
-The book thief. Es otra película de la segunda guerra mundial, del drama de los judíos, pero con un enfoque particular que la hace interesante.
-Dallas buyers club. El surgimiento del sida como pandemia mundial. Grandes actuaciones de McConaughey y Leto.
-Gone girl. Thriller psicológico, el final es totalmente insospechado pero de cierta manera lógico.
-Interstellar. Otra de ciencia ficción, mucho más fumada que The martian, que presenta una interesante paradoja sobre la relatividad del tiempo.
-Fading gigolo. Una película con la marca de Woody Allen a pesar de no haberla dirigido ni escrito.
-Intouchables. Gran tragicomedia francesa. La empatía entre los personajes se construyó muy bien, fue líquida.
-Enough said. Una buena comedia romántica, con satisfactorias actuaciones de Gandolfini en uno de sus últimos papeles y Julia Louis-Dreyfus.
-Gone with the wind. No es exactamente un estreno, pero es una película que no decepciona. Soporta bien el paso del tiempo.
-The second best Marigold hotel. Porque un toque de Bolliwood siempre cae bien, sobre todo cuando se contrasta con la flema británica.
-Le chef. Ver a Jean Reno como cocinero no tiene precio.

LO QUE NO ME GUSTÓ:
-The judge. A pesar de contar con un gran cartel, es la misma pelìcula que hemos visto tantas veces: el tipo con éxito que regresa a su pueblo para confrontar sus raíces en una prolongada reunión familiar que pone al descubierto los viejos resentimientos y traumas. Demasiado visto ya.
-This is were I leave you. Léase arriba. La misma fórmula con ciertas variaciones.
-The theory of everything. Si antes no le tenía mucha simpatía a Hawking, con esta película terminé de perdérsela por completo.
-Ida. Aunque tiene sus momentos, no me enganchó el ritmo.
-Operación Monumento. Tantos buenos actores desperdiciados en una impostada apología a la nobleza de los gringos. Demasiado maniquea.
-The butler. Realmente no es que no me haya gustado, pero tiene cierta moralina que me molesta.
-The hundred fet journey. A pesar de tratar uno de mis temas favoritos como lo es la gastronomía, fue demasiado predecible.
-The drop. Una película que no termina de definirse, los personajes no me parecieron bien dibujados.
-The incredible Burt Wonderstone. La salva acaso el casting, el guion muy flojo.

lunes, 21 de septiembre de 2015

Desterrado

Esta mañana fuimos a comprar comida para las mascotas en una tienda en Colinas de Bello Monte. Llegamos algo temprano, cerca de las 8:30, y todavía estaba cerrada, por lo que nos dispusimos a esperar. En las escaleras que le hacen antesala estaba un señor durmiendo. No parecía un indigente, por el estado de sus ropas. Supusimos que tal vez estaría amanecido. Al rato despertó, y se levantó como desorientado. Se puso a buscar algo en los bolsillos, y luego inspeccionó los alrededores del lugar. Comenzó a vagar por el sitio, alejándose pero no mucho. En una de esas regresó, y aprovechó la circunstancia de que un vecino estaba saliendo del edificio para entrar subrepticiamente en él. El señor que estaba saliendo se devolvió, y lo siguió. Al rato el hombre salió escoltado por el vecino y una mujer que se notaba algo molesta. El hombre volvió a sentarse en las escaleras, como derrotado. La pareja se quedó viéndolo un rato, con el ceño fruncido. Toda la escena se desarrolló sin una palabra. Nunca supimos los detalles de esa historia.

viernes, 18 de septiembre de 2015

Podofobia



Escena 1: Estás en un restaurant. Mientras esperas la comida, te tropiezas con la imagen de unos mocasines abandonados en el piso. Subes la mirada y ves que su propietario está sentado haciendo la posición de flor de loto, exhibiendo sus pies desprovistos de medias sin ningún recato.

Escena 2: Estás caminando por el Parque del Este. Cuando llegas al paradero cercano al estacionamiento norte, un fuerte olor a alcanfor con mentol te invade las fosas nasales. En seguida ves el origen del aroma: un tipo está masajeándose los pies, por supuesto desnudos, con algún linimento.

Sí, soy podófobo. Ambas escenas me dan algo entre el asco y el escalofrío. No sé si se trata de algo atávico o se debe a algún trauma de la primera infancia. Lo cierto es que el tema de los pies es todo un tema, para mí.

Ahora bien, no son todos los pies. Unos pies bonitos, bien cuidados, con sus uñas cortadas con diligencia, pintadas si son de mujer, me llaman la atención, y puedo apreciar su valor estético, y si lo llevamos al extremo, hasta erótico. Pero esos son unos pies ideales, digamos que de revista. Cuando se sale a la calle, se monta en el metro, se va a un centro comercial, una legión de pies desnudos lo están esperando a uno. Algunos  (para ser totalmente honesto, muchos, pues en general la mujer venezolana es coqueta y se arregla) agradables de ver. pero también se observan muestras lamentables, de escasa higiene y gran descuido. Casi todos de mujer, pero ya no es raro que sean de hombre, también. Cada vez es más frecuente conseguirse a hombres en cholas caminando impune e impúdicamente por la ciudad. O con sandalias de cuero o, el horror, de goma marrón imitando cuero, de esas que llaman "petroleras". Puagh. Tengo la firme creencia de que los únicos escenarios aceptables para que un hombre ande sin zapatos cerrados son la intimidad de su hogar, o la playa. Ya va, me acaba de asaltar la imagen de las pezuñas del Pepe Mujica, asomándose desde sus sandalias abiertas en la punta. Es difícil de olvidar. Y asquerosa.

No sé si esta particularidad mía sea algo común, ni si estará inscrita en el catálogo de las fobias. Tampoco sé si tendrá remedio. Nunca he visto algún anuncio de "Podófobos anónimos". Pero me imagino las sesiones: "Me llamo Mirco, y tengo 20 días sin sentir nauseas". Y los demás podófobos aplaudiendo. Todos andan en sandalias petroleras.

domingo, 13 de septiembre de 2015

Duelo, de Albor Rodríguez



Creo que muchos estarán de acuerdo conmigo, si digo que el mayor miedo que puede sentir una persona que tenga hijos es la posibilidad de su fallecimiento. Es la pesadilla recurrente, sobre todo cuando están en la primera infancia, y se vigila su sueño a ver si están respirando, y no se les abandona ni por un segundo. A medida que crecen, las preocupaciones son otras, tal vez mayores pues llega el momento en que debemos dejarlos ir lejos de nuestra protección, y no sabemos de ellos durante muchas horas al día. Ese miedo nunca nos abandona del todo. Todavía hoy en día, cuando alguna de mis hijas - mayores de edad las dos -está en la calle de noche, siento un desasosiego que solo se cura con  la llamada oportuna informando la llegada, o el ruido de la puerta abriéndose mientras las perras ladran amistosamente.

Sucede que en ciertas oportunidades la pesadilla se materializa, y deja devastados a los padres de la criatura que parte prematuramente. Hay quienes lidian con ese suceso encerrándose en sí mismos, recluyéndose tanto física como anímicamente, y desaparecen en una especie de retiro expiatorio. En cambio otras personas deciden afrontar la pérdida de  manera menos destructiva, buscando darle algún tipo de significado, o de hacer de su experiencia algo que pueda resultarle útil al resto de las personas. Me vienen a la mente dos ejemplos: cuando murió el hijo de Eric Clapton, en 1991, cayendo del piso 53 de un rascacielos en Nueva York, el músico compuso una canción en su memoria, y se convirtió en uno de sus mayores éxitos discográficos, tal vez su canción más reconocida por el público en general. El otro es el de la escritora Isabel Allende, que dejó registro de la agonía y muerte de su hija Paula.

Albor Rodríguez también cruzó ese infierno, y tuvo los arrestos para sobreponerse a ello y sentarse a narrarlo. En su caso la historia tiene un ingrediente adicional, y es que el hijo que perdió supuso un larguísimo tirocinio para lograr que Albor alcanzara la maternidad, un calvario de procedimientos para aumentar su fertilidad, de intentos de inseminaciones artificiales, de fecundaciones in vitro, hasta que, cuando ya había perdido toda esperanza, le llegó su momento.

Yo supe sobre Albor en los preparativos de la presentación de su libro Duelo, a través de varias reseñas y entrevistas que tuve oportunidad de leer en las redes sociales. Y me hice una idea de ella: supuse que se trataba de una mujer endurecida por la devastadora experiencia por la que tuvo que pasar. Una mujer echada para adelante, en criollo una mujer arrecha: con una carrera estelar en los medios impresos, emprendedora, siempre en búsqueda de nuevos retos profesionales, pero con un deseo que se le hacía esquivo: ser madre. Y que vio cumplido solamente para que le fuese arrebatado apenas dieciséis meses después.

Llegó el día del bautizo de su libro en Kálathos, y supe que mi prejuiciosa impresión forjada por la lectura no tenía nada que ver con la realidad. Por lo menos en parte. Sigo pensando que es una mujer fuerte. Pero a la vez es una persona sumamente dulce, cariñosa, que transmite serenidad. A la que se le iluminan los ojos cuando la conversación llega inexorable al tema de su niño cometa. La que cuenta entre risas - y una lagrimita eventual - las travesuras de Juan Sebastián. A la que, en resumidas cuentas, le tocó arriar su pérdida y está lográndolo, un día a la vez.

Comencé a leer el libro luego de conocer a su autora, y tal vez esa circunstancia le dio un giro a mi experiencia de lectura que no hubiese tenido en caso contrario. Porque no es lo mismo leer un texto así, en abstracto, que cuando uno ha tenido la oportunidad de compartir con su escritor. Tal vez pudiera pensarse en la existencia de cierto sesgo. No creo que en mi caso haya sido así. Más bien me sirvió para darle una cara a las personas descritas, un tono de voz, y para comprender cosas que fueron mencionadas.

No ha debido ser fácil escribir un libro así. Yo, por lo menos, creo que no encontraría la fortaleza necesaria para abrirme de esa manera en público. Es un libro testimonial, que narra de manera objetiva los acontecimientos relevantes alrededor del protagonista indiscutible de la historia, la estrella fugaz que iluminó las vidas de Albor y su gran y solidaria familia durante algo más de un año. En su presentación el día del bautizo, Milagros Socorro debatió sobre el género al cual  pertenece, si corresponde a unas memorias o es una novela autobiográfica. Ese tema se lo dejo a los expertos; tal vez se trate de un texto híbrido, que se nutre de ambas corrientes. Mi opinión es que se trata de un relato honesto y sincero, en el cual Albor trata de ponerle un marco preciso a su terrible experiencia y de alguna manera racionalizar eso que le pasó. Algo que no ha debido suceder nunca, pero que sucede, sucede a diario en algún rincón del mundo, para demostrarnos nuestra fragilidad e imposibilidad de tener control alguno sobre los acontecimientos. Yo solo deseo que Albor alcance la paz. Creo que, aunque ese evento no va a poder borrarlo jamás de su memoria, va en buen camino hacia su aceptación definitiva. Y este libro es la demostración de ello.


viernes, 28 de agosto de 2015

La dignidad y el aseo íntimo

En realidad, eso de "aseo íntimo" es un eufemismo edulcorado para referirme a la acción de limpiarse el trasero después de evacuar. Algo que desde la primera infancia aprendemos a hacer sin ayuda, utilizando papel higiénico, o como se le acostumbra a decir por estos lares, papel tualé (deformación del término "toillette"). Eso fue lo normal por lo menos desde que tengo memoria. En los baños de las casas en donde viví era costumbre que en el dispositivo adosado en la pared, a veces empotrado en ella, estuviera siempre un rollo de dicho papel listo para limpiarse el culo después de haber cagado. Así, sin disfraces idiomáticos, en castellano castizo. Hasta en el más remoto baño de carretera era cortesía del establecimiento proveer ese modesto pero necesario material desechable, aunque fuera de la más ínfima calidad.

Esos tiempos pasaron. Hoy en día tener papel higiénico en la casa significa una de dos cosas: pagar un precio astronómico a los revendedores, o sufrir la indignidad de someterse a colas kilométricas para lograr adquirir la cantidad que el burócrata de turno tenga a bien permitir, y eso si ese día le toca a la cédula del aspirante a comprador.

En mi casa hemos decidido no plegarnos a ese designio maligno. Y suplimos la necesidad de papel higiénico con el sucedáneo que se consiga. Si toca servilleta, servilleta es. Si no, papel toalla. Por una razón pura y simple: claudicar ante esa imposición arbitraria es tocar fondo. Es admitir que el sistema te venció y te abdujo. Es rendirse ante la barbarie de un régimen que no solamente te coarta el acceso a la alimentación, sino a la evacuación tranquila. Y ese es un asunto en el cual no pienso ceder. Mi dignidad vale más que una limpieza anal cómoda. Si en un futuro toca apelar al periódico, periódico será. Pero a mí no me verán haciendo una cola de cuatro horas para que me vendan unos cuantos rollos de papel tualé. Ni pagándole a un vivo que se aprovecha de la necesidad de la comunidad. Que vayan a lavarse ese paltó.

domingo, 26 de julio de 2015

Caracas en las redes




Tres mujeres se reunieron el día del cumpleaños de Caracas, el número 448, para atestiguar su amor a la ciudad a través de la tesonera labor que realizan a diario en las redes sociales. Esmeralda Niño Araque, en nombre de la Sociedad de Amigos de la Cultura Urbana, la Fundación para la Cultura Urbana y la Fundación William Niño Araque, tuvo la iniciativa de convocarlas al espléndido recinto de la Librería Lugar Común para que conversaran sobre sus respectivos proyectos alrededor de la ciudad, que se materializan a través de tres grupos temáticos en Facebook: Caracas en Retrospectiva, a cargo de María Sigillo; Caracas en Flor, de Rossella Consolini; y Caracas Alada, de Marianella Ferrer.

El encuentro fue presenciado por un nutrido público que, a pesar de haber asistido tal vez para escuchar sobre un grupo en particular, oyó con atención las exposiciones de las tres administradoras de esos espacios que van de lo virtual a lo físico. No podía ser de otra manera, ya que fueron charlas amenas y frescas, apoyadas por abundante material fotográfico aportado por quienes le dan vida a cada uno de los grupos, personas que en definitiva son la razón de ser de ellos.

Comenzó Maria Sigillo, quien nos contó cómo tomó el testigo de Caracas en Retrospectiva de manos de Felipe Torres del Olmo, quien lo fundó en 2007 pero lamentablemente falleció al poco tiempo. María ha sabido capitanear un espacio que entre sus diferentes versiones (Caracas en Retrospectiva, Caracas en Retrospectiva II, la página en Facebook y el blog) roza los cien mil usuarios inscritos y tiene una cantidad importante de colaboradores, a quienes debe de alguna manera moderar para no desvirtuar el propósito inicial del grupo, que no es otro que recopilar el pasado de la ciudad a través de las imágenes de fotógrafos, tanto profesionales como amateurs, desde mediados del siglo XIX hasta el año 1990, fecha en la que se estableció el límite. En palabras de María: 

"Nuestro trabajo está orientado a lograr el Registro gráfico-documental de la Caracas querida por nuestros abuelos y padres -
La "Sucursal del Cielo" la otrora "Sultana del Ávila"
Hoy, una ciudad maltratada por la indolencia y la desidia... una ciudad que clama por recobrar su esplendor.

Recuerdos de aquella Caracas consentida de antaño, aportados por nosotros, sus hijos, los Caraqueños en Facebook".

Actualmente CER es una de las fuentes más importantes de información audiovisual sobre Caracas, disponible para cualquier usuario de Facebook. Gracias a la labor de curadoría del equipo que lo administra ha logrado un nombre bien justificado entre quienes sienten curiosidad por el pasado de la ciudad, e incluso ha sido utilizado por historiadores para documentar sus libros sobre la capital.

Posteriormente tomó la palabra Rossella Consolini, para hablarnos del enorme jardín virtual que es Caracas en Flor. Desde 2009, año de su creación, ha ido recopilando fotografías de la generosa y perenne flora capitalina. Caracas es una ciudad que tiene la particularidad de estar floreada todo el año, y a pesar de la desidia generalizada y de las talas descontroladas tiene una cantidad enorme de vegetación, que crece tanto en jardines ordenados como de manera silvestre. Y Rossella es su relatora fundamental. No es infrecuente verla estacionada en cualquier lugar de la ciudad, llámese autopista, avenida o calle, para captar alguna flor, arbusto o árbol que haya llamado su atención. Y tiene el respaldo de varios botánicos que la ayudan a clasificar los especímenes fotografiados por ella y los demás colaboradores habituales de su grupo.

Rossella se trajo como material de apoyo, aparte de una buena cantidad de fotografías, una serie de semillas que ha ido recolectando tanto en Caracas como en el resto del país, y obsequió al público las famosas pepas de zamuro, portadoras de buena fortuna según la tradición.

El cierre le correspondió a Marianella Ferrer, artífice del grupo Caracas Alada, que desde el año 2012 deleita a una gran cantidad de personas que lo visitan a diario, tanto para ver las fotografías publicadas como para enriquecerlo con sus aportes. Marianella nos contó como nació el grupo, gracias a una camarita digital que le fue obsequiada y con la cual comenzó a fotografiar los diferentes pájaros que llegaban a su casa. Ese fue el primer material que se subió al grupo, pero pronto el caudal de imágenes aportadas por los miembros que se iban sumando fue ampliando de manera importante el catálogo de aves caraqueñas. Como en el caso de Caracas en Flor, Marianella se apoya en expertos sobre el tema quienes la ayudan a identificar y a clasificar las imágenes.

Marianella relató cómo ha hecho esfuerzos para llevar el grupo del mundo virtual (cuadrado lo llama ella, haciendo alusión a la forma del monitor) al real, mediante diversos paseos a distintos lugares de la ciudad aptos para la observación de fauna alada.También habló sobre la iniciativa de establecer lazos con comunidades que tienen intereses afines con la actividad de Caracas Alada, como lo es el Jardín Ecológico de la Concha Acústica manejado por el profesor Luis Levin, al cual se le ayudó a tener presencia en las redes.  Por último, señaló que en la actualidad está tomándose la tarea de levantar el registro de las especies de aves presentes en el grupo. El objetivo final es llegar lo más cercano posible al número 500, que es la cantidad aproximada de especies que pueblan la zona de Caracas. 

La dinámica de la charla propició que Tomás Fernández, reconocido especialista en el tema de los colibríes, nos diera una explicación detallada sobre la conveniencia de tener bebederos para aves en nuestras casas, desmontando la matriz de opinión según la cual dicha costumbre es perniciosa para las aves en general y los colibríes en particular. Además nos contó acerca de los hábitos migratorios de los colibríes, revelando datos muy curiosos tales como la presencia de esas aves en alturas tan insólitas como la del Pico Espejo.

¿Qué tienen en común estas tres mujeres? En primer lugar, la pasión por lo que hacen: mantener en funcionamiento comunidades de esos tamaños, velando porque se cumplan las normas y guiando a los nuevos usuarios para que obtengan el mayor beneficio posible, no es tarea leve. Por otra parte son la demostración de que se puede compartir una inquietud con mucha gente afín, aún sin ser expertos en el tema, al fomentar la curiosidad, la investigación y el aprendizaje. Y por último pero no menos importante, con su labor alivian por momentos el agobio que a veces significa Caracas, al mostrar su lado amable.

A continuación una pequeña galería de fotos:











sábado, 11 de julio de 2015

¿Cuánto cuesta comer un día en Venezuela? Actualizado al 12 de julio del 2015




En julio de 2014 hice un ejercicio para calcular cuánto costaba un día de alimentación -alimentación sumamente básica, por cierto - en Venezuela. ¿El resultado? En ese momento, 364 BsF para una familia de cuatro personas. Seis meses después repetí el experimento, y ya esos mismos alimentos experimentaron un salto a 716 Bs.Vamos a actualizar los precios, para entender de cuanto ha sido la inflación con cuentas de bodeguero, en el arco de un año.


Vamos a tomar un menú bastante austero, como lo son los tiempos que corremos:

----Desayuno----
Sandwiches de jamón y queso
jugos para lonchera
galletas para la merienda a media mañana

----Almuerzo----
Hamburguesas
frutas

----Cena----
Cereal


Suponiendo que a cada sandwich le colocamos 25 gramos de jamón y 25 de queso, a un costo promedio de 900 Bs/Kg, son  180 Bs, más 2 canillas a 25 Bs c/u, 230 Bs. A 57.5 Bs cada sándwich, hecho en casa. Los juguitos y las galletas son para las muchachas, así que serían 2 jugos x 25 Bs  más 2 galletas por 25 Bs. En total nuestro humilde desayuno nos habrá costado 280 Bs.

Vamos con el almuerzo. La carne molida, a precio de hoy, está a 1200 Bs. Si hacemos nuestras hamburguesas de 150 gramos, necesitamos 720 Bs. La bolsa de pan de hamburguesa que no sea de marca tipo Bimbo o Holsum - allí sí uno termina de desangrarse - se puede conseguir en unos 150 Bs. Como trae 8, entonces dividimos eso entre dos. Ahora, para que nuestra hamburguesa pueda ser considerada un plato balanceado, necesita llevar algún vegetal; nos decantamos por los tomates. Necesitamos un par de tomates, que dependiendo del momento pueden costar entre 40 y 50 Bs. Vámonos por el promedio, 25 Bs. La fruta también depende de la variedad  y la estación, vamos a ser prudentes y decantémonos por los humildes cambures; unos 50 Bs por 4 unidades, puede ser. En total nuestro almuerzo habrá salido en 870 Bs.

La cena es más sencilla. El cereal cuesta alrededor de 150 Bs por 500 gramos; asumiendo que cada persona se come 100 gramos de cereal, son 120 Bs. Y digamos que ese cereal se va a acompañar con 200 ml de leche, a 90 Bs el litro, son 72 Bs. En total la cena habrá costado 192 Bs.

Recapitulemos: para alimentar medianamente a una familia de 4 personas se necesitan 1.342 Bs diarios. Eso representa un incremento de 626 Bs. con respecto al calculo hecho en enero de este año, y de 978 con respecto a julio del año pasado. Casi un el doble que hace seis meses, más de 3 veces lo que costaba hace un año. ¿Guerra económica, o ineficiencia supina? Ya se debería hablar abiertamiente de hiperinflación.

jueves, 2 de julio de 2015

Escenas de la Rómulo Gallegos

El muchacho calza unas cholas plásticas, viste ropas que le quedan pequeñas y mastica un pedazo de pera, mientras mira la vitrina de las chucherías saladas sin pronunciar palabra. Tiene mirada de niño, a pesar de ser casi un adulto. Aunque no se mete con nadie, su presencia incomoda a los parroquianos, quienes evitan colocarse a su lado. La dependiente, a quien le requiero un café, le escala la orden al dueño de la panadería para no tener que aproximarse al muchacho, quien sigue absorto en su actitud contemplativa. Una vez servido mi café, le hace al chico una señal displicente, indicándole la calle. Sin proferir una palabra, casi como si estuviera espantando una alimaña. El joven sale, arrastrando sus pasos, y se sienta en el descanso de la vitrina de una tienda de mascotas que está al lado de la panadería, a mascar el resto de la pera y a observar el lento tráfico que fluye con densidad de petróleo por la avenida.
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El perrito, cacri pero limpio y con collar, anda como extraviado por la avenida. Asoma con cruzarla pero repentinamente se devuelve a la acera. Parece estar preocupado. De pronto le ladra desaforado a un indigente que trae en la mano una raqueta antimosquitos, y lo persigue un trecho sin dejar de ladrar. Por último desiste de su persecución y se va callejón arriba, a hurgar en la basura que se acumula indolente en la calzada.

lunes, 29 de junio de 2015

La reina en el parque



Hay música que no resiste bien el paso del tiempo. La catalogada en Europa como "éxitos del verano", por ejemplo, destinada a fungir de banda sonora de las vacaciones, y que luego es olvidada por todos, salvo una que otra honrosa excepción. Por otro lado existe música que podemos catalogar como trascendente, ya que no envejece y se trasmite de generación en generación. Música compuesta y grabada por primera vez hace 40, 50 años, y que se puede encontrar en el playlist de la más reciente juventud.

Ayer presenciamos, en las instalaciones del Parque del Este, un concierto ofrecido por la Orquesta de Rock Sinfónico Simón Bolívar, que le rindió tributo a una de las bandas más influyentes e importantes de la escena del rock en los 70's/80´s, la fenomenal Queen. La vetusta concha acústica en obra limpia situada hacia la entrada norte del parque cobijó a los muchachos de la orquesta, quienes de la mano del conductor Daniel Hurtado nos pasearon por la amplia discografía de la banda e interpretaron sus más grandes éxitos. Y la reflexión con la que parte esta croniquilla proviene de la nutrida asistencia al evento: había bastantes canas, como no, pero también mucha, muchísima gente joven, entre los 15 y los 30, digamos. Y se sabían mejor que yo las letras, y las coreaban con un entusiasmo contagioso. Y pensar que muchos de ellos no habían nacido todavía cuando ocurrió la infausta muerte de Freddy, y por ende de la banda, y que no tuvieron la maravillosa oportunidad, que si nos tocó a nosotros, de acompañar el recorrido de Queen a través de los años. Pero eso no es impedimento para que de alguna manera hayan tenido acceso a su música, y la aprecien.

El concierto fue memorable, no cabe duda. Esta es la quinta vez que veo a la orquesta y en cada presentación se nota su crecimiento. La madurez de sus integrantes, y la soltura que tienen sobre el escenario, dan cuenta de un trabajo tesonero. La agrupación posee unos cuantos pilares fundamentales, entre ellos el ya nombrado Hurtado, artífice y director de la orquesta, el gran guitarrista Ángel Ricardo Quiñones, y la vocalista Shankara Salazar, quienes acompañan a la formación desde sus inicios. Pero la renovación es una constante, y siempre se ven caras nuevas entre los músicos y los cantantes, que le aportan una buena dosis de frescura a la formación.

El inicio del concierto, con el coro de la canción "I want it all", presagiaba grandes cosas. Hubo varios momentos descollantes, que desencadenaron nutridas oleadas de aplausos en la audiencia. Entre ellos la canción "We will rock you", que ya es un auténtico himno, y fue coreada desde el inicio por la multitud. Y por supuesto el cierre con la pieza más esperada, y que fue resuelta brillantemente: "Bohemian rhapsody". Uno de los grandes protagonistas, sin con esto querer apocar a los demás intérpretes, fue Ángel Quiñones, que con su versión particular de la guitarra Red special, con ribetes dorados reemplazando al rojo de origen, produjo solos alucinantes que inmediatamente asociamos con el sonido de Brian May. Pero el resto del personal también dio lo mejor de sí para regalarnos una tarde especial, para el recuerdo. Nunca me cansaré de recomendar a esta orquesta, y hago votos para que sea una iniciativa que perdure. Lo necesitamos para nuestra paz espiritual y el goce de los sentidos.

miércoles, 27 de mayo de 2015

Santiago se va, de José Urriola



José Urriola tiene una fascinación por los artefactos imposibles, que le permiten elaborar filigranas de metáforas sobre su concepción del mundo, o mejor dicho sobre lo que debería ser el mundo ideal - de acuerdo a su visión. Algo de eso nos asomó en su primera novela, Experimento a un perfecto extraño, pero en ella dejó algunos esbozos nada más. Santiago se va es la materialización de esas ideas.

Se trata de una obra poco convencional, construida concienzudamente, que nos plantea un enigma desde el vamos, y logra una complicidad tácita con el lector quien trata de comprender el misterio y adivinar el posible desenlace. Gira en torno a un personaje que no tiene voz propia sino que va siendo descubierto por terceros (terceras, en realidad) en sus contradicciones, locuras y evasiones. Es un personaje demencial e inclasificable, tal cual es esta novela.

No quiero adelantar demasiados aspectos del libro, pero debo decir que me obligó a retroceder varias veces. En cierto sentido es una novela lúdica, que permite diversas formas de encararla. Y como bono adicional tiene un soundtrack hecho a la medida. A la medida de Santiago-Urriola, por supuesto. Con un buen balance de humor y dramatismo, pero no extremo, y una generosa dosis de fantasía.

Disfruté mucho su lectura, y creo que le daré una segunda leída bastante pronto pues siento que dejé algunos cabos sueltos que merecen ser anudados, y de paso porque quiero volver a disfrutar ciertos pasajes muy sabrosos del texto.

lunes, 11 de mayo de 2015

Minicrónicas del festival de lectura de Chacao 2015

Foto tomada de la página de Cultura Chacao


Viernes 1-5-2015

La vida te da sorpresas. Al primer evento al cual habíamos pensado asistir fue la presentación del libro "De amores y domicilios", de Arnoldo Rosas. Ya había leído el libro, pues su autor había tenido la gentileza de obsequiármelo unos meses antes. A Arnoldo lo conocía solamente de manera virtual, a través de los intercambios por las redes sociales, y aproveché la ocasión para irlo a conocer en persona. Cuando llegué a la parte norte de la plaza ya estaba allí, y nos saludamos por fin de cuerpo presente. Al rato llegó Roger Michelena, el editor del libro, a quien tampoco conocía en persona a pesar de haber sostenido muchas conversaciones con él en el pasado, también por las redes. La sorpresa vino precisamente de Roger, quien me preguntó si no tenía inconveniente en acompañarlos a Arnoldo y a él en la tarima, pues él tenía algunos problemas con la voz y no podía hablar mucho tiempo. Esa invitación me agarró fuera de base, puesto que había pasado cierto tiempo desde que había leído el libro y no lo tenía del todo fresco. Por suerte había escrito una breve reseña sobre él en mi blog, y Arnoldo la traía impresa. Con ese material de apoyo, y haciendo memoria sobre la lectura de los cuentos que componen "De amores y domicilios", tuve el placer y el honor de presentar el libro de mi amigo, bajo el calor de las 2 de la tarde en la tarima norte de la plaza.


Sábado 2-5-2015
Vemos una fila inmensa de gente. Le pregunto a un conocido: ¿Para qué es esta cola? Me responde que es para la firma del libro de Boris Izaguirre. Nos dirigimos a la tarima norte, ya que allí se iba a escenificar un concierto de jazz a las 8:00. Antes de dicho toque estaba pautada una presentación precisamente de Rodolfo y Boris Izaguirre, para hablar de Caracas. El lugar estaba abarrotado cuando llegamos. A los 5 minutos de estar allí, una persona de la organización del evento informa que la charla iba iniciar más tarde de lo esperado ya que Boris estaba todavía firmando libros. Mientras tanto llegó Rodolfo, y se sentó a esperar por su hijo, el cual llegó como a los 15 minutos. La histeria del público no fue normal: lo aclamaron como si fuera un ídolo pop en concierto de quinceañeras. Llegó derrochando desparpajo y glamour, y - debo decir -soltando plumas por doquier. Su testimonio fue el de un chico rico sintiéndose fuera de lugar en una provinciana ciudad que no estaba a la altura de su potencial. La anécdota central giró sobre su aliciente para irse: Sofía Imber le dijo que si se quedaba en Caracas iba a ser un marico, mientras que si se iba al mundo civilizado sería un gran homosexual (palabras de él). Las doñas cafetaleras aplaudieron a rabiar las palabras y la impostada malaconducta del socialité, quien a pesar de hablar un español castizo no sonaba como ibérico, más bien parecía mexicano.

Miércoles 6-5-2015

Regresamos a la plaza después de un hiato de tres días, para asistir a dos eventos: Venezuelan kitsh (conversaciones alrededor de Objetos no declarados) y Rock con letras. Nota para los organizadores: los espacios les están quedando pequeños, ambos eventos estaban desbordados de público y muchos observaron (observamos en algunos casos) los toros desde la barrera. Del primero de ellos debo decir que Naky Soto Parra es, como acotó Héctor Torres, pura gasolina. Adrenalina a millón y una cuentacuentos de lujo. Su historia de los dos taxistas es una joya de crónica. La conversa entre ellos fue muy grata, y me divirtió ver a Héctor en apuros ante las preguntas acuciosas de Naky. Claro que al final salió airoso del asunto: supo sortear con sapiencia los bretes a los que lo sometió su entrevistadora.

Inmediatamente después de Venezuelan kitsh comenzaba Rock con letras, por lo que tuvimos que desplazarnos con rapidez hacia la tarima norte. Otra vez nos encontramos con la casa llena, y nos acomodamos de ladito para asistir a una amalgama de entrevista con toque musical, cortesía del gran guitarrista venezolano Philipp Scheer. El entrevistador fue José Tomás Angola, quien tuvo como invitados a Alexis Allueva de Nuevas Bandas, William Padrón, autor de un libro sobre Caramelos de Cianuro y Eugenio Miranda quien hizo lo propio con Zapato 3. Se trató de dar a conocer el registro testimonial que se ha venido haciendo alrededor del movimiento rockero venezolano a partir de los años 90 hasta nuestro tiempo, basado en la experiencia de los entrevistados. De tanto en tanto, Angola promovía una pausa para que Scheer interpretara en su guitarra fragmentos de las canciones de las bandas referenciadas en la charla. El cierre lo ofreció el mismo Philipp al obsequiar a la audiencia "Amnesia", una de las piezas que compondrán el álbum próximo a salir de Sibelius.

Viernes 8-5-2015

Celebrar a Cabrujas, a los 20 años de su desaparición física, fue el motivo de nuestra cuarta visita al festival. Las voces autorizadas de Yoyiana Ahumada, Tulio Hernández y Karin Valecillos fueron las encargadas de hacer una semblanza fiel, sincera y cariñosa de uno de los principales hombres de las artes escénicas y de las letras de nuestro país. Tulio comenzó su intervención diciendo que Cabrujas había militado en dos de las asociaciones más queridas pero más perdedoras del país: el MAS y Los Tiburones. A partir de allí  transcurrió una hora intensa, llena de anécdotas entrañables alrededor del quehacer de Cabrujas. Fue emocionante ver la emoción con la que los tres panelistas, sobre todo Yoyiana que es tal vez la principal cabrujóloga de Venezuela,  hablaron sobre el homenajeado. Nos quedó una imagen, gracias a Karin Valecillos: la de Cabrujas, disfrazado de payaso, contratado a la carrera para escribir el guión de una novela.


Sábado 9-5-2015

Para nosotros fue el día de la despedida. A pesar de cerrar oficialmente el domingo, no nos iba a ser posible acudir ese día. Fue una jornada de compartir las novedades de los amigos: a las 12, en el salón jardín, la Editorial Lector Cómplice, muy bien timoneada por Les Quintero, presentó cuatro de sus títulos más recientes. Alberto Hernández habló sobre la novela de corte policial Buitres de la sabana, de Marisol Marrero, ambientada en el llano. Jorge Gómez hizo lo propio con Los rayos también caen en el abismo, de Joaquín Ferrer, de estilo intimista. Beatriz Alicia García Naranjo presentó el ensayo Mujeres en su tinta, libro que habla sobre mujeres de la literatura o compañeras de escritores. Por último, el maestro Eduardo Liendo nos regaló una estupenda charla sobre la novela distópica de Israel Centeno, Jinete a pie.

Inmediatamente después corrimos a la tarima norte para asistir a la presentación oficial del libro de ciencia ficción de Rafael Baralt Lovera, Identidad compartida, a cargo del escritor Oscar Marcano quien no se reservó elogios para la novela. En una amena charla Oscar hizo que Rafael hablara sobre los intríngulis de su texto, sus motivaciones para escribirlo y sus planes a futuro. Quedamos pendientes de leer el libro de nuestro buen amigo Rafael.

Después de una pausa de un par de horas, que empleamos para pasear por la feria, saludar a los amigos que nos íbamos encontrando (me ocurrió un hecho simpático: tropecé con Juan, un muchacho que trabaja conmigo, y me dijo: "¡A ti te estaba buscando! Recomiéndame un libro para regalarle a mi mamá mañana" a lo que le respondí: "vamos con el que sabe" y lo llevé al stand de Alfa, para que Ricardo Ramírez Requena le recomendara una novela. Ricardo, sin pensarlo dos veces, le dijo: "te vas a llevar La escribana del viento, y de paso firmada por la autora". Casualmente Ana Teresa Torres estaba allí firmando los ejemplares de su libro, y mi amigo logró su cometido) y comer algo, fuimos al último evento para nosotros: la presentación del libro de cuentos Terceras personas de Fedosy Santaella. A todas estas, hacía tanto calor que un perro entró al espejo de agua que ese encuentra en donde montaron la tarima, buscando refrescarse. En una tertulia con Colette Capriles, Fedosy nos reveló las claves de los relatos que componen la obra. El tema del triángulo es el hilo conductor de los 13 cuentos contenidos en ella. Es otro de los libros que está en la vasta lista de lecturas pendientes de este año.


domingo, 5 de abril de 2015

Julia



Ayer fuimos a ver Julia, una adaptación de la obra de teatro "La señorita Julia" del escritor August Strindberg. En términos generales, una buena propuesta tanto en el plano formal y técnico como en el argumentativo. La obra original versa entre las diferencias de clases, aquí proponen una reflexión sobre la necesidad de huir. Se trata de un montaje que echa mano a diferentes técnicas, como la actuación en vivo, el cortometraje y la televisión. Los actores son muy jóvenes, sorprende su soltura sobre el escenario. Los diálogos a ratos parecen un poco forzados, pues mezclan lenguaje coloquial con parlamentos más clásicos, por decirlo de alguna manera (tal vez por querer incorporar elementos cruciales del texto original). La protagonista, Vanessa Morr, al principio me pareció algo sobreactuada, pero al final, cuando se quiebra, me convenció. Muy bien los otros dos actores principales, sobre todo el que interpreta al protagonista masculino, Juan, José Ramón Barreto, pero la intérprete de Cristina, María Fernanda Meléndez, cumple con mucha soltura y cabalidad su papel. No puede obviarse el cameo de Carlota Sosa, como la figura de la madre rectora y modeladora de Julia.

sábado, 4 de abril de 2015

Viva la juventud, o mis quince minutos de fama



A partir de una conversa en el muro de Salvador Fleján se me activaron los recuerdos de mi debut y despedida en la televisión venezolana. Va de cuento:

Transcurría el año de 1977. Estaba en mi último curso de bachillerato, la antesala a la universidad, y el año que solía utilizarse para recabar fondos a utilizarse en la fiesta de graduación; en ese tiempo se procuraba que el sablazo a los padres fuera lo más superficial posible y se recurría a diferentes expedientes para levantar los reales que costearan un sarao en el Tamanaco, con enormes bandejas de tequeños y whisky 12 años que sería vilmente ligado con cocacola por esa cuerda de adolescentes ineducados, etílicamente hablando.

Una de las actividades que en teoría podía financiar en grado sumo ese objetivo  era la participación triunfadora en el programa "Viva la juventud", que transmitía RCTV los días miércoles, si la memoria no me traiciona. La mecánica del programa era bastante sencilla: se enfrentaban dos colegios, previamente seleccionados por la producción del programa quien sabe con cuál criterio, en diferentes actividades, tanto académicas como deportivas. No recuerdo si el colegio ganador pasaba a una siguiente ronda o se llevaba el premio de una vez, tal vez alguien con mayor memoria lo sepa.

Los animadores del programa eran Guillermo "fantástico" González y Carmen Victoria Pérez, que por esos momentos estaban en la cúspide de sus carreras. Él con fama de irreverente y simpaticón, ella con un aura de Milf de voz ronca y, en nuestro inconsciente colectivo, sensual. Participar en el show era una de las ambiciones que yo secretamente guardaba, pero lo veía como algo totalmente fuera de todo alcance dada la modestia de nuestro colegio, una escuela hecha por y para inmigrantes italianos con pretensiones de estar un rato en esta tierra y luego volver a la patria de origen, tanto así que la escuela primaria alternaba el pénsum italiano con el venezolano, y ofrecía los estudios de media italianos, el equivalente al ciclo básico común de Venezuela. Colegio de quintas, con sedes itinerantes y temporales hasta que llegamos a tercer año a inaugurar la casa definitiva, en todo lo alto del ramal 3 de la calle Caurimare en Colinas de Bello Monte. Allá en donde el viento se devolvía y llegar por los propios medios era una aventura. Pero estoy divagando. El punto es que un buen día la directora del colegio se acercó a nuestro salón para comunicarnos la noticia: habíamos sido seleccionados para participar.

El período posterior fue un hervidero de actividades centradas en la selección de los participantes para los diferentes segmentos del programa: uno de los juegos era encestar una bola de basketbol, y para ella se escogió a la persona más alta del colegio, un estudiante del cuarto año que debería sobrepasar el metro noventa. En las instalaciones del colegio no habían instalado todavía los aros de basket, por lo que tuvimos que vagar por los alrededores a fin de conseguir un lugar en donde pudiera practicar nuestro gigante representante deportivo. Otro de los concursos era una mesa de alumnos que, dada una pregunta académica, debía contestar antes que los oponentes presionando un timbre. Y por último, la sección denominada Craneos, C.A., que consistía en 4 preguntas de selección múltiple. Para ella me seleccionaron a mí.

Ahora tengo que hacer un breve paréntesis para aclarar que no sobresalía ni en deporte, ni en popularidad. Mi única destreza era la de sacar buenas notas de tanto en tanto. Ese era mi momento para poder ganar algo de reconocimiento entre mis pares, así que mis expectativas y ansias iban en aumento a medida que se acercaba el día. Mi principal temor era quedar en blanco o hacer el ridículo en cámara, y creo que llegué a tener pesadillas con ello.

Por fin llegó el momento tan temido y deseado a la vez. El transporte escolar nos llevó a los estudios de RCTV situados de Bárcenas a Rio, por los lados de Quinta Crespo. La primera decepción la tuvimos cuando, en cambio de entrar por una puerta principal, que imaginaba de acero y cristal reluciente, lo hicimos por una rampa que llevaba a un sótano oscuro y vagamente maloliente. Al ver el Set en donde se desarrollaba el programa hubo otra desilusión: todo era de cartón y anime malpintado. Claro, al ser la TV de esa época en blanco y negro no debían esforzarse mucho en los acabados, ya que daba igual para el resultado definitivo. En algunos momentos más tuvimos el honor de ver a un malencarado y refunfuñante Guillermo González dando órdenes de mala manera a los técnicos. No recuerdo mucho sobre lo que pasó en esos momentos previos al programa, que transcurría en vivo, salvo que era un hervidero de actividad por parte de los trabajadores del back stage.

Mis recuerdos hacen fade off  hasta que de repente me veo sentado en un pupitre, y a mi lado Carmen Victoria Pérez con sus gloriosos muslos a escasos centímetros de mis hombros, con una carpeta en la mano y dirigiéndome una pregunta para la cual había cuatro respuestas posibles. En frente de mí, una enorme cámara de televisión apuntándome directamente a la cara, amplificando de manera escandalosa los brotes rebeldes de acné juvenil que habían aparecido imprudentemente un par de días antes. La escena se repitió cuatro veces; en tres de ellas salí airoso, ganando puntos para nuestra causa. Caprichosamente recuerdo sólo la pregunta que fallé: ¿Cuál es el medio de transporte con mayor crecimiento en Venezuela? Las alternativas eran: A el marítimo, B el aereo, C el terrestre o D el ferrocarrilero. Respondí C, Carmen Victoria dijo "respuesta errada, la correcta es la D, el ferrocarrilero", y sentí que el mundo se me venía abajo, y que millones de televidentes me miraban con desprecio, entre ellos mis padres que estaban pegados a la televisón de nuestro apartamento.

Sin embargo no me fue tan mal. Regresé a casa con una medalla dorada que me confirmaba campeón de la ronda de Cráneos, y la promesa de ir a un programa especial con todos los ganadores de las diferentes ediciones del programa, cosa que nunca se concretó. Y tuve mis quince minutos de fama entre los compañeros de clase. Fama es fama, aunque sea fama de nerd.

domingo, 22 de marzo de 2015

La muerte sobre dos ruedas



Mucho se ha escrito sobre la anarquía con la que se conducen los motorizados en el tráfico. Cualquiera que deba manejar en el tránsito caraqueño debe estar especialmente pendiente de no tropezar, rozar o siquiera atravesarse en el camino de un jinete a motor, si no quiere verse envuelto en un problema en el cual va a llevarse la peor parte. Las cosas comenzaron a ponerse peor al permitírsele el tránsito por la Fajardo. Cualquiera que se haya enfrentado en la autopista con una columna interminable de motos y no haya podido cambiarse de canal sabe de lo que estoy hablando.

Una de las características más perniciosas del gremio mototransportado es su comportamiento en los velorios rodantes que tienen lugar cada vez que ocurre el fallecimiento de alguno de sus allegados. En esas ocasiones es preferible resguardarse en algún lugar seguro y esperar que pase la turba, que cual invasión bárbara comandada por Atila convierte todo lo que sobresalga por sobre el asfalto en tierra arrasada. Es un bacanal de aguardiente, música estridente, exhibición de armas y acrobacias temerarias con las motos. Han ocurrido varios episodios conocidos por medio de las redes sociales o por la prensa: por ejemplo el asalto colectivo que tuvo lugar en Macaracuay, en donde robaron a todos los tripulantes de los carros que estaban en la cola propiciada por el mismo velorio, con saldo de algunos vehículos destrozados y varias personas víctimas de ataques de nervios, y uno ocurrido en el oeste de la ciudad, con saldo fatal.

Cuentan los comerciantes de los lugares aledaños a los cementerios en donde se le da sepelio a los motorizados que, cuando se enteran de que va a ocurrir un entierro de ellos, cierran las santamarías de sus negocios, pues han sido víctimas de saqueos en ocasiones anteriores.

Esta semana que está por finalizar tiene en su haber tal vez el más monstruoso de esos hechos: una señora en los días finales de su embarazo, que estaba yendo a la cínica para culminar los trámites de su carta aval, se vio atrapada en un velatorio ambulante. El conductor del vehículo, tal vez por desconocimiento, tal vez por miedo, no atendió a la señal de alto que le hicieran desde la caravana y trató de rebasarla, siendo acribillado en el acto con el trágico conteo de tres personas asesinadas: la señora junta con la criatura que llevaba en su vientre, y su esposo.

Todo ésto ocurrió en las inmediaciones de Fuerte Tiuna, zona militar. Mi pregunta, retórica por necesidad, es la siguiente: ¿cómo es posible que las autoridades permitan este tipo de comportamiento en la ciudad? ¿Es tanto el poder que tiene el gremio de los motorizados que nadie le puede poner coto? No puede ser que ellos estén más allá de la legalidad sin que haya control por parte de las autoridades. Estamos a la buena de Dios, y solamente podemos contar con la buena fortuna para sortear esas situaciones.

viernes, 20 de marzo de 2015

Maestra vida y la homofobia


Anoche hubo un nacimiento en la familia, del que nos enteramos en la mañana gracias a un mensaje con video incluido por Whatsapp. Mi esposa le dijo a mi hija mayor: "mira lo que pasó ayer", y yo comencé a malcantar la canción de Blades, inserta en Maestra Vida, "El nacimiento de Ramiro". Esa que dice "nació mi niño, mi niño, nuestro niño". Por supuesto recibí mi regaño por aguafiestas. Pero la canción, como suele suceder, se me quedó pegada. Y de pronto reparé en un detalle: la frase "que no me salga marica, que no me salga ladrón".

Maestra vida es un disco que salió al mercado en el año 1980, es decir, hace 35 años. En la historia de la humanidad 35 años son apenas un estornudo, unos 5 segundos si acaso. Y el compositor de esa obra es Rubén Blades, quien es una persona de reconocida sensibilidad social. Abogado de causas perdidas, defensor de los derechos de los latinos y de las minorías. Pero eso no lo privó de poner en su canción la homosexualidad y el latrocinio  al mismo nivel. Como si la homosexualidad en ese momento fuera algo condenable.

¿Es eso indicativo de homofobia? ¿Será que Blades es homofóbico? Creo que hace falta ponernos en contexto. Tal vez todos, en los 80, y bastante después también,  lo éramos en alguna medida. Marico era el insulto más utilizado (tal vez siga siéndolo, de paso, pero con otra connotación, más hacia el chalequeo y curiosamente con mucho éxito entre mujeres, quienes se dicen mutuamente marica).  Tal como lo dice la canción, la simple sospecha de que el hijo de uno fuera gay era una especie de tragedia. Ser homosexual era un estigma, pero también lo era ser amigo de homosexuales. Era algo que se esparcía como un rumor, que se conversaba en voz baja."Me enteré que fulano de tal es marico" "No puede ser, ¡pobre carajo! Tan de pinga que era, menos mal que me lo dijiste". Hoy en día ya la homosexualidad ha dejado desde hace rato de ser un escándalo, una actividad pecaminosa. Quedan algunos reductos, por supuesto, pero cada vez más hay una amplia aceptación de los gays en la sociedad. No tiene nada de particular que en cualquier círculo de amistades haya gente de la más diversa orientación sexual. Es un tabú que quedó derogado.

Supongo que hoy en día a Rubén Blades, si tuviera que reescribir Maestra Vida, no se le ocurriría incluir esa frase en la canción. So pena de ser achacado de retrógrado por la sociedad en general. Aunque, muy en el fondo, todavía algunos tengamos ciertos resabios de homofobia. Después de todo, es difícil deslastrarse de 20 siglos de prejuicios.

lunes, 16 de marzo de 2015

De amores y domicilios - Arnoldo Rosas



Este sábado terminé de leer el libro de relatos "De amores y domicilios", de Arnoldo Rosas. Lo había comenzado apenas tres días antes, y lo leí en tres sentadas, tratando de dosificarlo y demorar su final. Se trata de un compendio de veinte cuentos que van desde la expresión mínima, lo que se ha dado por llamar microcuentos, hasta relatos con mucho cuerpo.

Una de los aspectos que más disfruté de la cuidada edición de Ficción Breve Libros, capitaneada por Roger Michelena,  es el carácter intimista, casi autobiográfico, de varios de los textos que la componen. Arnoldo nos permite darle una ojeada generosa a su intimidad, nos invita a pasar a su casa, casi que nos sienta en el sofá y nos brinda una cervecita mientras coloca en el picó un lp de Noel Petro y entra en amena conversación sobre las cosas aparentemente sencillas de la vida, pero dejando traslucir que hay algo más profundo detrás de ellas.

Leerlo es un ejercicio amable y reposado, a pesar de que de tanto en tanto saltan algunos hechos escandalosos o violentos, pero tratados con una mano suave que no permite que deriven en prosa sensacionalista. Tal vez el cuento que más me gustó es el denominado "Heracles": la narración es tan precisa que me pareció estar viendo sus escenas.  Poderoso relato acerca de la sumisión y la redención a través de la rebeldía.

Arnoldo Rosas nos confirma con este libro su grandes dotes de narrador, y de conocedor de la geografía del país, sobre todo de la de su isla natal. Una lectura grata y reconfortante, tan necesaria en estos tiempos tumultuosos.

domingo, 15 de marzo de 2015

2:00 AM

La madrugada avanza
con cadencia de caracol
deja su rastro baboso 
sobre el mantel bordado
con tanto esmero
por las manos
hacendosas
arrugadas, pálidas
de mi madre
que no supo más
sino dar.

lunes, 9 de marzo de 2015

La parálisis de un país



Esta mañana estaba conversando con un compañero de trabajo, gran amigo mío desde la época universitaria. Hablábamos sobre lo que habíamos hecho durante el fin de semana, y nos contamos nuestras mutuas peripecias para conseguir productos. Invariablemente la conversación fue cayendo en el lugar común de los venezolanos, hasta que le comenté sobre lo triste de esa situación: dos panas de nuestras edades conversando sobre cómo hacer rendir la plata y simultáneamente conseguir los productos de primera necesidad, en cambio de hablar sobre planes de retiro, vacaciones, o cosas por el estilo.

Es que el deterioro de nuestra calidad de vida es inocultable y va avanzando con prisa y sin pausa hacia el abismo. Basta con ir de compras a un centro comercial para notar la cantidad de negocios que están cerrados, o están semivacíos. Grandes tiendas como El Tijerazo o Graffiti llenan los espacios con artículos de Navidad - ¡en marzo! - y presentan grandes áreas desiertas.Y los empleados lucen sus caras largas, como si presintieran que en cualquier momento se quedarán sin trabajo al verse obligados los dueños a cerrar las puertas de sus establecimientos. Ya pasó con una gran tienda por departamentos que vendía productos en su mayoría españoles, que quedaba en la torre Bazar Bolívar: Don Regalón. Bajaron las santamarías y hasta desmontaron los letreros, signo evidente de que no lo piensan volver a abrir.

Todo apunta a que el país va a terminar paralizado. No es sólo la escasez de comida y enseres de limpieza, asunto muy grave por sí solo, sino también el efecto sobre los artefactos que nos hacen la vida más llevadera. Por citar un ejemplo tal vez banal pero ilustrativo: en casa tenemos un lavaplatos automático que en estos momentos es el escurridor de platos más caro del mundo, porque en los comercios no se encuentra el detergente que utiliza. Dentro de poco los carros también cesarán sus funciones,porque no hay cauchos ni baterías, y si llega a fallarles alguna pieza en particular lo más seguro es que no se consiga. Lo mismo va a pasar con las computadores, lavadoras, secadoras, neveras, televisores. Cuando se quemen los bombillos quedaremos a oscuras mientras conseguimos en algún lugar. Si no se revierte esta situación el país va a parecer el set de una película distópica de esas "serie B", un cementerio de carros y cachivaches regados por la vía. En resumidas cuentas, la depauperización de nuestras vidas es lo único que progresa en Venezuela.

lunes, 2 de marzo de 2015

Boyhood



La ingenuidad de la niñez. Recuerdo estar viendo en el cine Radio City, en Sabana Grande, una película de época cuyo protagonista pasaba de la infancia a la adultez. Yo me maravillé por ese hecho, pues supuse que quien representaba al niño y al adulto era el mismo actor, con años de diferencia. Por supuesto alguien mayor que yo me sacó de mi error, probablemente burlándose de mí y produciéndome de rebote la primera decepción fílmica.

Claro, es absurdo pensar que una película espere por el crecimiento de los actores. ¿O no? El director Richard Linklater hizo realidad mi presunción infantil: a lo largo de 12 años, unos pocos días cada uno, registró el crecimiento y el envejecimiento de los actores e hizo una película redonda, bien contada y bien actuada. La apuesta era sumamente arriesgada: lograr el compromiso de los actores, sobre todo de los más pequeños, mantener el hilo narrativo y la continuidad visual debe haber sido todo un reto. De hecho, me parece que lo menos importante es la historia, a pesar de ser consistente.

Como dijo acertadamente mi amiga Kelly Martínez, es un bello homenaje al hecho de crecer. La película registra con rigurosidad todas las etapas que marcan el desarrollo de un ser humano, desde que es apenas un proyecto de persona hasta que se instala en la adultez. A la vez es una reflexión sobre el envejecimiento, y el pase de testigo entre generaciones. La reflexión final de la madre interpretada por Patricia Arquette es demoledora.

También es una película sobre los valores familiares. A pesar de retratar a una familia disfuncional - padre ausente la mayor parte del tiempo, madre con terribles elecciones de pareja - los muchachos crecen bien, con valores morales y éticos bien definidos. Me llamó la atención la evolución del personaje del padre, interpretado por Ethan Hawke. Al principio lo presentan como un irresponsable, pero él mismo se encarga de dar la cara y revelarse como una figura inspiradora para sus hijos. Es quien les habla de política y de contracepción, por ejemplo, mientras la madre está más ocupada en cómo resolver la situación económica de su familia.

Hablando de los muchachos, me parece que Ellar Coltrane estuvo muy bien en su papel de Mason Jr. Un poco sobreactuada, en cambio, Lorelei Linklater, Samantha en la película e hija del director en la vida real. Una anécdota curiosa: el padre la incluyó en la película porque de pequeña era sumamente histriónica y le encantaba cantar y bailar. Cuando entró en la adolescencia se aburrió de la película y le pidió a su padre que matara a su personaje, para relevarla de la responsabilidad. Pero éste se opuso puesto que un hecho tan dramático desvirtuaría la intención original de la película. Al final la convenció y logró que completara el rodaje.

Un comentario sobre la banda sonora: es la que nos pone en contexto en el tiempo. Cada canción que suena pertenece al año que transcurre en ese momento en la película. Un buen recurso, y de paso un guiño a la nostalgia.

En resumen, una muy buena película, totalmente recomendable. A pesar de su duración, la técnica narrativa empleada, de escenas cortas que se suceden con agilidad, hace que no se le pierda el hilo a la película y logra mantener la atención hasta el final.


martes, 10 de febrero de 2015

Ciudadanía tutelada: el control militar sobre nuestra vida cotidiana



Venimos de hacer compras en Plan Suárez de La Urbina. Cansados de comprar día a día (no en la cadena que acaban de robarse, sino todos los días,quiero decir) decidimos invertir un poco más de tiempo y hacer una compra que dure por lo menos una semana. El gran automercado estaba bastante transitable, no había exceso de gente. Nos pareció sospechoso que las santamarías estuvieran bajadas, pero vimos gente que estaba saliendo e imaginamos que no estaba cerrado sino que habían implementado otro mecanismo de control más. Nos alegró ver que la gente llevaba papel toilette; supusimos que podríamos reponer las existencias de la casa, ya que nos estamos quedando sin rollos.

Al entrar nos sorprendió bastante ingratamente la presencia de personal uniformado en los pasillos del local. No sabíamos qué pintaban esos guardias del pueblo allí, hasta que llegamos al sitio en donde tenían la leche líquida y unos tomates enlatados ridículamente baratos, algo así como 20 Bs la unidad. "Se armó un limpio", pensé como el gran ingenuo que soy. Cuando traté de tomar una lata, se dirigió a mí uno de los guardias y me dijo: "Cédula". Me quedé como un bolsa mirándolo, sin entender para qué necesitaba mi cédula, hasta que me sacó de mi ignorancia al decir "2 y 3, hoy le toca a las que terminan en 2 y 3".

Lo mismo pasó con el papel toilette y los demás productos de la cesta básica. Ya en la caja vimos una circular que informaba que por SUGERENCIA de no se cuál entidad gubernamental los productos de la cesta básica se venden de acuerdo al terminal de la cédula. Eso de sugerencia es un pobre eufemismo, de otra manera no se entiende que pongan a personal militar a controlar la entrega de víveres.

Estamos tutelados por los militares en todos los ámbitos de la vida cotidiana. Cuando debería ser en todo caso al revés, el estamento civil controlando al militar. En estos días discutíamos en Panfletonegro sobre el legado de Chávez. Pues uno de los aspectos más hórridos de dicho legado es la preponderancia que ha tomado el uniforme sobre nuestras vidas.Gente armada vigilando lo que uno pone en su carrito de compras, es algo que pudiera ocurrir en una novela distópica pero está pasando hoy en día en todos los grandes comercios de Venezuela. El mensaje es simple y aterrador: "tenemos las armas, y cuidado con embochincharse. Ya estamos autorizados a usarlas si se ponen cómicos".

lunes, 9 de febrero de 2015

Acuarelas de ciudad


Salgo un momento de la oficina a tomarme un café en la panadería La Amistad, que queda justo en frente. No todo el mundo lo sabe: es un negocio que se mantiene allí desde comienzos del siglo XX, y su especialidad es el pan negro de centeno. Parece que sus principales consumidores son los miembros de las comunidades del este europeo que viven en los alrededores. Lo cocinan en un horno especial, de piedra. De todo esto me entero gracias a un amarillento recorte de periódico que está pegado de una nevera fuera de uso, de esas que se usan para exhibir dulces fríos. Mientras estoy consumiendo mi vasito de café negro, corto y amargo, llega un señor mayor, de punta en blanco, con una corbatica de lazo. Saluda cordialmente, y extrae un billete de cien Bolívares. Sin que hubiera ninguna solicitud verbal el dependiente le entrega la bolsita de papel con el pan negro de centeno, que seguramente será parte de su desayuno. El elegante señor vuelve a saludar, y se va con cara de estar contento. Su ritual (¿cotidiano, semanal?) pudo volver a realizarse.

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Estas visitas cotidianas al automercado, obligadas valga la acotación, sirven por lo menos para un estudio sociológico. Ayer me tocó observar a la señora sinvergüenza o, para llamarla con una expresión actual, cara e´tabla. No era muy anciana, calculo que andaría por los 60. Se acercó a la cola en donde estaba aguardando mi turno para cancelar, y sin mediar palabra se colocó delante del carrito que me precedía en la fila. Sin decir nada, sin pedir permiso, sin alegar su edad como placet para la prioridad. Nadie - ni yo, que me sentí irrespetado pero no quise ser el que peleara con la viejita - le dijo nada. Como si su vejez fuera excusa para la mala educación. Por cierto, de vez en cuando por el sistema de sonido voceban la habilitación de una caja para las personas mayores, embarazadas o discapacitadas. No era la caja en la que estábamos.

sábado, 7 de febrero de 2015

Vivimos Día a Día


Este gobierno quiere
a los empresarios, de verdad
pero los quiere ver
privados de libertad.
Dios te libre de trabajar
en una cadena de automercados
puedes encontrarte un día
tras las rejas encanado.
Es que no puede ser
que exista tanto sesgo;
trabajar como gerente
es oficio de alto riesgo.
Sin mucho protocolo
se llevan la mercancía
como le hicieron esta semana
a la cadena Día Día.
No solamente te quitan
tu capital de trabajo;
te dejan tu reputación
más rayada que el carajo.
Pero estos son los mismos
que dejaron pasar liso
el caso Pudreval
que fue tremendo guiso.
Miles de toneladas
de preciado alimento
que dejaron pudrir
sin ningún remordimiento.
¿Habrá alguien preso
por esa colosal estafa?
Si acaso algún incauto
vuelto una piltrafa.
Mas los responsables
de nuestra alimentación
andan todos tranquilazos
sin sentir preocupación.
La vida da muchas vueltas
y goza de un macabro humor
un día estás en la cima
y al otro en una celda de la cárcel mayor.

sábado, 31 de enero de 2015

¿Qué pasó en la semana, eh?

Esta semana ocurrieron
dos hechos destacados: 
el decreto de guerra a muerte
y la sapeada a Diosdado.

No sé si ambos casos
estén relacionados,
aunque suena sospechoso
todo esto que ha pasado.

¿Pote de humo, distracción
para desviar la atención?
no se sabe a ciencia cierta,
mas parece la razón.

Lo que viene siendo cierto
es que con mucho brío
en el norte un pájaro canta
y está embarrando a un gentío.

Hasta una "vieja actriz"
se ha visto salpicada,
dizque le birló al capitán
una suculenta tajada.

Pero mucho más grave resulta
el terrible segundo asunto
esos no son juegos, mi compa
parece que nos quieren difuntos.

Así, a la torera,
se saltan la constitución
porque le tienen culillo
a este pueblo respondón.

Veremos qué sucede
de ahora en adelante
lo cierto es que esta vaina
ya no hay quien la aguante.