Esta semana ocurrieron
dos hechos destacados:
el decreto de guerra a muerte
y la sapeada a Diosdado.
No sé si ambos casos
estén relacionados,
aunque suena sospechoso
todo esto que ha pasado.
¿Pote de humo, distracción
para desviar la atención?
no se sabe a ciencia cierta,
mas parece la razón.
Lo que viene siendo cierto
es que con mucho brío
en el norte un pájaro canta
y está embarrando a un gentío.
Hasta una "vieja actriz"
se ha visto salpicada,
dizque le birló al capitán
una suculenta tajada.
Pero mucho más grave resulta
el terrible segundo asunto
esos no son juegos, mi compa
parece que nos quieren difuntos.
Así, a la torera,
se saltan la constitución
porque le tienen culillo
a este pueblo respondón.
Veremos qué sucede
de ahora en adelante
lo cierto es que esta vaina
ya no hay quien la aguante.
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