acaba de nacer
y ya carga el sanbenito
de que nos vino a joder.
Le tocó la lotería
de tener que aparecer
cuando la economía
está a punto de fallecer.
Los analistas que saben de eso
alertan sobre la situación
y el que cuente con algo de seso
sabe que tienen la razón.
El petróleo a tres lochas,
el dólar a más de docientos,
este año presagia
incontables sufrimientos.
Pero el que ha vivido
por años en esta tierra
sabe que eso no es nuevo,
y por eso no se aterra.
Crisis similares o peores
las tuvimos en el pasado,
y, señoras y señores,
las hemos capoteado.
Así que hoy tres de enero
abogo por el nuevo año
y espero que lo transitemos
con el menor de los daños.
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