Entre gallos y medianoche
el TSJ alcahueta
se bajó las pantaletas
y nos metió tremendo boche.
Renovó en sus cargos
a las complacientes rectoras
para que sigan garantizando
cero victorias opositoras.
Se dejaron de pendejeras,
legalidad y esas cosas,
y funcionan como mandaderas
de la fuerzas oprobiosas.
Es que ya no guardan
la más elemental de las formas,
y se saltan a la torera
todas las benditas normas.
Cuando el garante de la ley
actúa como forajido,
el pueblo debe considerar
darle su merecido.
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