martes, 17 de marzo de 2020

Bitácora del insilio. Día 5


Paso por la caseta de vigilancia de la calle, a pie, luego de haber sacado un momento a la perra. El vigilante está afuera de ella, mirando hacia el bonito cielo que nos obsequia la tarde. Me dice: "No quieren que haya nadie en la calle, después de las seis". Yo respondo: "¿Será que le caen a tiros al que vean?" se ríe, y replica: "el hampa, con el hampa no se puede. Antes uno iba a una tasca a tomarse sus traguitos, pero entre esto (y hace el gesto universal con el pulgar y el índice que significa dinero) y los choros, ya no provoca ni eso". Desde dentro de la caseta, seguramente mediante un aparato de radio, se escucha un audio de Maduro, anunciando la construcción de la vivienda numero muchos mil chorrocientos zillones.

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