En un charco de agua sucia
me reflejo.
Ese espejo me devuelve
una imagen fidedigna.
Aunque turbio, el charco
me interpreta.
Constato que entre el agua y el barro
la verdad se filtra.
La luz halla su camino
en medio de lo opaco.
Sabe esquivar las alcabalas
de lo oscuro.
La luz siempre prevalece.
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