Angustia es el sentimiento
onmipresente, incumbente, lacerante
oprime hasta el dolor
muerde y no suelta la presa
ni que la vea inerte.
En estos tiempos oscuros
es inevitable su presencia
por más que se procure ignorarla
está al acecho y ataca.
Un repique del teléfono
puede anunciar lo que más tememos
a cualquier hora de cualquier día
lo estamos esperando en vilo.
La cita ineludible
está latente
y lo sabemos.
Tarde o temprano
llegará,
y a pesar de todo
nos tomará por sorpresa,
porque en el fondo
deseamos que nunca ocurra.
Pero, casi inexorablemente, ocurrirá.
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