martes, 28 de abril de 2020

Bitácora del insilio. Día 47

Marianella se ha puesto el propósito de aprender a hablar italiano correctamente, y en ese espíritu tratamos de realizar todas nuestras conversaciones en ese idioma. Claro que no es fácil, después de todo se trata de vencer una costumbre que va para las cuatro décadas. Sin embargo, hacemos nuestros mejores esfuerzos. Esta mañana le quería comentar que debía buscar la manguera para lavar el patio, y de repente me di cuenta de que no conocía la palabra equivalente a manguera en mi lengua madre. Tuve que buscar en google, y conseguí dos acepciones: un ridículo “tubo flessibile”, y una desconocida “manichetta”, que viene siendo algo como “manguita”.
Me puse a pensar por la ausencia de esa palabra en mi vocabulario, y la única razón que se me ocurre es que, de pequeño, nunca hubo en mi casa la necesidad de tener una manguera. En un apartamentico de 80 mt2, sin balcón, y además sin carro que lavar, una manguera era un artefacto altamente innecesario, y en la economía de los inmigrantes, se sabe, lo innecesario ni siquiera se consideraba. Así que en algún momento de mi vida aprendí la palabra “manguera”, y su equivalente italiano, que a ciencia cierta no sé cuál de las dos acepciones se usa comúnmente en Italia, nunca hizo falta decirlo en una conversación en italiano, hasta la mañana de hoy.

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