lunes, 13 de abril de 2020

Bitácora del insilio. Día 32

Siempre me ha intrigado el funcionamiento de los procesos mentales, la concatenación de recuerdos y piezas de información que tenemos almacenados en nuestro disco duro orgánico. Esta mañana, ya no sé cómo, llegué a la ficha IMDB de Jim Brown. Ese nombre me trajo a la memoria una película que vi en mi primera adolescencia, en el teatro Los Cedros, que en ese momento me quedaba a una escasa cuadra de distancia de mi casa (tan era así que desde el balcón del apartamento podía leer la marquesina, y saber, sin necesidad de revisar el periódico, cuál película estaban pasando). Del film en cuestión recuerdo tres cosas: que el protagonista era Jim Brown; el empleo de la palabra “nigger”; y una escena en la cual un comando penetra una instalación protegida por cámaras de seguridad, y tras desactivar de alguna manera el sistema, coloca frente a cada cámara una fotografía que retrata justo lo que la cámara tiene en frente, con el propósito de que el eventual vigilante de turno no se diera cuenta de lo que está ocurriendo en realidad. Del resto, más nada. Ni el nombre de la película, ni la trama, ni algún otro detalle. Qué ocasionó la grabación de esos tres aspectos nada más, es para mí un misterio fascinante. Es posible que el resto de la información ande por allí también, pero en alguna zona inactiva de la memoria. Quién sabe. Y quién sabe cuántos recuerdos “dormidos” tengamos en las circunvalaciones de nuestras mentes.

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