viernes, 25 de marzo de 2011

¿Demencia?

Les presento mi primer intento de escribir algo parecido a un relato. Data del año 1996, y versa sobre un personaje real, un individuo cuyo balcón se apreciaba desde la ventana del cuarto en el que yo tenía montada mi oficina, y que presentaba un comportamiento algo extraño. 

¿DEMENCIA?

Me asomo a la ventana y lo veo. Ahí está. Hoy, con la camisa a cuadros (¡la camisa a cuadros otra vez!), asomándose fugazmente, quizás viéndome verlo. Ahora sigue con su extraño ritual: se pasa las manos sobre la cabeza, gesticula exageradamente, toma su inseparable paño y se lo pasa por todo el cuerpo. Aún no he podido entender cuanto tiene de loco y cuanto de cuerdo. A veces, pienso que está riéndose de mí, que su accionar tiene la única finalidad de hacerme conjeturar el motivo de su comportamiento. Pero no. No puede ser. A menos que el de la mente extraviada sea yo, y todos los que contemplamos su cotidiano espectáculo.

Pienso que todos tenemos algo de voyeuristas, aunque tal vez lo hago para justificarme. Lo cierto es que mi vecino de enfrente ha logrado desafiar mi imaginación, ya que todos los días me asomo a verlo, siendo rara la vez que me defraude su actuación. Pasó una vez que el vecino desapareció por algunos días, y entonces pensé que se lo habían llevado. Puedo decir que llegué a extrañarlo. Pero al poco tiempo apareció, con su misma desconcertante actitud.

 Muchas dudas me embargan: ¿de que vive?, ¿quien cuida de él?, pero lo cierto es que el vecino vive únicamente acompañado por sus alucinaciones, o por lo menos eso parece. 

Quizás algún día logre descubrir el misterio que rodea a mi extraño personaje. Por ahora, deberé contentarme con imaginar su vida, y con observar, cual mirón, sus extrañas evoluciones.

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